Las cicatrices de la crisis: recuperación del consumo no significa recuperación del empleo

Macroeconomía

Las cicatrices de la crisis: recuperación del consumo no significa recuperación del empleo

El cambio en los patrones de consumo, con un menor peso del sector servicios, amenaza el futuro del mercado laboral en Europa.

Terraza de un bar vacía en Salamanca, Castilla y León

Terraza de un bar vacía en Salamanca, Castilla y León. Autor: Manuel Ángel Laya - Europa Press

La rápida recuperación económica una vez que las restricciones para hacer frente a la pandemia se han ido levantando gracias al proceso de vacunación (y pese a la amenaza de la variante delta), no significará una vuelta al punto de partida; al menos no en el mercado laboral. Así lo señalan los analistas de BofA Global Research en un informe en el que avisan de que los cambios en los patrones de consumo de los ciudadanos tendrán un efecto en las tasas de empleo en toda Europa, España incluida.

Los expertos del banco de inversión estadounidense analizan en un informe las «posibles cicatrices para el mercado laboral de un cambio persistente en el nivel y/o la composición de bienes vs servicios del consumo a largo plazo». «¿Qué pasa si no volvemos del todo a los patrones de consumo anteriores a la crisis, es decir, qué pasa si volvemos a niveles normales pero con una proporción de bienes persistentemente más alta?», se preguntan los autores. «No tenemos fuertes convicciones sobre el potencial de un cambio permanente en la composición del consumo, pero nos preocupa que, si se produjera, las ramificaciones del mercado laboral podrían ser importantes».

En su ejercicio teórico, BofA Global Research asume que el consumo vuelve a los niveles previos a la crisis, pero su composición se mantiene como en 2020, con una participación de consumo de bienes de 3 puntos porcentuales más alta que antes. En ese escenario, el empleo en el sector de bienes aumentaría en alrededor de un 0,5%, aunque dentro de los bienes, el empleo en el sector de bienes semiduraderos (por ejemplo, la ropa) aún se reduciría. Mientras, el empleo en el sector de servicios podría ser persistentemente un 1,8% más bajo. «Eso dominaría el efecto general del mercado de trabajo y reduciría el empleo agregado en un 1,2%, de manera persistente».

Las consecuencias de este escenario

«Esto crea múltiples desafíos», avisan los expertos. «El primero es obviamente el riesgo de un empleo agregado persistentemente más bajo debido a patrones de consumo persistentemente diferentes, retroalimentando la renta disponible, el poder de negociación salarial, el consumo y, en última instancia, la inflación». La otra es «corregir posibles desajustes de cualificación que podrían ralentizar la reasignación entre los servicios».

«La respuesta de la política fiscal del año pasado estuvo dominada en gran medida por la ambición de mantener intacto el aparato productivo y mantener a las personas en nómina incluso cuando los sectores estaban cerrados». «Eso fue (y sigue siendo) un poderoso apoyo a la economía. Pero si los cambios de 2020 en los patrones de demanda resultan ser persistentes, serán necesarios esfuerzos adicionales en la política laboral», concluye BofA Global Research.

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