Las 10 sorpresas a las que se pueden enfrentar los mercados en 2018

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Las 10 sorpresas a las que se pueden enfrentar los mercados en 2018

Que el Ibex no supere los 11.000 puntos, que el precio del petróleo caiga o que el dólar se aprecie fuertemente son algunas hipótesis que sorprenderían a los mercados.

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¿Qué pasará este año en los mercados? Como ya es tradición, Guillermo Aranda, director general de Atl Capital Gestión de Patrimonios, ofrece algunas claves en torno a las que pueden ser las “10 sorpresas a las que se pueden enfrentar los mercados en 2018”. Entre ellas, que el Ibex 35 no supere los 11.000 puntos, que el Bitcoin alcance los 30.000 dólares o una fuerte apreciación del dólar frente al euro. Aranda recuerda que estas previsiones no necesariamente van en contra del consenso ni coinciden exactamente con la opinión de Atl Capital.

La primera de las hipótesis apunta a que la economía española crezca por encima del 3%. En este caso, la situación de Cataluña no tiene un impacto significativo en la economía y, sin embargo, el mejor comportamiento de nuestros socios europeos y la inercia de los años anteriores nos permiten volver a crecer por encima del 3%.

Otra “sorpresa” es que el Ibex 35 solo suba un 9,5%, a los 11.000 puntos. El comportamiento de la Bolsa española aun siendo bueno, es peor que nuestros socios europeos. También lo sería una subida del Eurostoxx 50 por encima del 15%. La continuada mejoría de los beneficios empresariales en Europa junto con el mantenimiento de la política monetaria por parte del BCE apoyan esta subida.

La cuarta hipótesis para este año es que la Bolsa americana (S&P 500) vuelva a subir mas de un 10%, en el primer semestre. A pesar de la sobrevaloración del mercado americano la bolsa (S&P 500) tiene un buen comportamiento en la primera mitad del año pero en la segunda mitad veremos un recorte de más del 15%. La puesta en marcha de la reforma fiscal impulsa los beneficios de las compañías y da soporte a la subida. La acumulación de las subidas de tipos de interés (4 en el año) junto con un cierto agotamiento del ciclo económico sientan las primeras dudas en el mercado en la segunda parte del año.

Las previsiones de Aranda apuntan también a la posibilidad de que no estalle la burbuja de la renta fija. La rentabilidad de los bonos de gobierno sube, pero no provoca un desplome. El bono a 10 años alemán se sitúa en el 1% y el bono a 10 años americano sube al 3%. Las subidas de tipos de interés en EEUU se van trasladando ligeramente al resto de la curva. En Alemania la proximidad del fin de las políticas expansivas empujan al alza al bono a 10 años.

La sexta ‘sorpresa’ es que la economía China vuelva a crecer al 7%. Aunque continúa con su transformación hacia una economía de mayor consumo interno, no impide mantener el crecimiento. El mayor desarrollo tecnológico de la 2ª economía del mundo permite continuar creciendo a tasas muy elevadas.

Otra posibilidad es que el dólar se aprecie fuertemente contra el euro y vuelva a 1,05 dólares. La divergencia clara de la política económica de la Reserva Federal (continuando con la subida de tipos) y la del BCE(sin subidas y manteniendo las recompras) será el argumento principal para la apreciación definitiva del dólar, explica el analista de Atl Capital en su ‘decálogo’.

Que los mercados emergentes suban más del 20% es otra posible ‘sorpresa’. A pesar de las políticas de la administración americana y de la apreciación del dólar los mercados emergentes siguen recibiendo flujos de inversión de todo el mundo. La continuación del ciclo expansivo de sus economías junto con la mejora clara de Brasil soportan este buen comportamiento.

La novena hipótesis de Aranda se refiere al Bitcoin: alcanza los 30.000 dólares. La creación de algunos productos de inversión sobre la criptodivisa afianzan el conocimiento sobre la misma lo que facilita a su vez el camino a que pueda acabar siendo una moneda de intercambio.

El último pronóstico de este experto es que el precio del petróleo baje en 2018. A pesar de una mayor demanda por la continuidad del crecimiento económico mundial, una mayor oferta y la mayor producción de shale oil justifican este comportamiento.

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