Lagarde y Guindos cierran filas: el BCE no perdonará la deuda de los países

Deuda Pública

Lagarde y Guindos cierran filas: el BCE no perdonará la deuda de los países

“La cancelación de la deuda pública por parte del BCE no es compatible con los Tratados”, avisa Lagarde.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el vicepresidente, Luis de Guindos

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha cerrado la puerta a la posibilidad de que la institución perdone la deuda pública de los estados de la eurozona, como ha puesto sobre la mesa un nutrido grupo de economistas.

“La cancelación de la deuda pública por parte del BCE no es compatible con los Tratados porque violaría la prohibición de financiación monetaria establecida en el artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea”, señala Lagarde en una carta en la que responde a la petición de varios eurodiputados.

La presidenta aclara que “el BCE está dispuesto a intercambiar puntos de vista sobre cualquier tema relacionado con su mandato y funciones con los miembros del Parlamento Europeo”, pero circunscribe estas conversaciones a “explicar el marco legal” y “su implicación en el asunto que nos ocupa”.

De un modo muy similar se había expresado ya su número dos, Luis de Guindos, que en un acto organizado por LSESU German Society advirtió de que “la cancelación de la deuda es ilegal, según los tratados” y además “no tiene ningún sentido económico o financiero en absoluto”.

El vicepresidente del BCE explicó que al condonar la deuda en el balance del banco central, este tendrá dificultades para mantener el flujo de dividendos que paga al tesoro nacional, por lo que, desde un punto de vista contable a corto plazo, la condonación de deuda puede suponer un alivio en la ratio de deuda pública del Gobierno, pero con el tiempo, afectaría a los dividendos obtenidos y puede producirse una equivalencia contable con un efecto quizás mayor que el de la cancelación.

“Este debate sobre cancelación de la deuda creo que es perjudicial, porque al final los gobiernos no ganarían mucho y al mismo tiempo la reputación, credibilidad e independencia de los bancos centrales se vería muy afectada”, zanjó Guindos.

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