La intervención de Lagarde en Jackson Hole reabre el debate económico europeo: la llegada de trabajadores extranjeros explica buena parte del aumento del empleo y ha aliviado tensiones en sectores con escasez de mano de obra.
Según los datos expuestos, los extranjeros representan alrededor del 9% de la fuerza laboral del área del euro y han aportado la mitad del crecimiento del empleo en los últimos años.
En paralelo, destacó el caso de Alemania, cuyo PIB sería 6% menor desde 2019 sin esa contribución, y el de España, donde la fuerza laboral foránea ha apuntalado la expansión pospandemia.
Inmigración y empleo: los números del BCE
Lagarde defendió que la inmigración ha actuado como “válvula de flexibilidad” en un contexto de tipos altos y desaceleración del consumo. La eurozona incorporó 3,1 millones de trabajadores extranjeros desde 2022 y ese flujo explica ≈50% del crecimiento del empleo reciente, pese a la caída de horas trabajadas y la pérdida de renta real tras la inflación.
La llegada de mano de obra extranjera ha evitado un mercado laboral más tenso y un menor crecimiento
El análisis que presentó muestra que, con una población envejecida y productividad estancada, el aumento de la participación laboral —tanto de nacionales como de extranjeros— ha sido clave para sostener la actividad.
España y Alemania, dos casos que marcan tendencia
En España, la contribución de los trabajadores extranjeros ha sido determinante para sostener el tirón del PIB tras la pandemia y cubrir vacantes en servicios, agricultura, construcción y cuidados. Las cifras más recientes sitúan a los extranjeros en torno al 16% de la fuerza laboral, y cerca de la mitad de los nuevos empleos desde 2022 se cubrieron con población foránea.
España ha acelerado el empleo con un peso creciente de la inmigración regulada
En Alemania, el BCE estima que sin el aporte de la mano de obra extranjera su PIB sería 6% inferior desde 2019. También allí el tejido productivo ha recurrido a trabajadores de otros países de la UE y de terceros países para sostener la actividad industrial y de servicios.
Independencia de los bancos centrales y riesgo climático
Lagarde aprovechó para reiterar que la independencia de los bancos centrales es “crucial” para anclar expectativas y que la política monetaria debe mantenerse al margen de presiones políticas. Reivindicó, además, la necesidad de integrar los riesgos climáticos en la supervisión bancaria, un terreno en el que Europa ha avanzado mientras otras jurisdicciones se han replegado.
En el frente geopolítico, recordó que la cuestión de los activos rusos congelados corresponde a las instituciones políticas y jurídicas. Hoy por hoy, la prioridad europea pasa por mantener esos activos inmovilizados y canalizar los intereses que generan para apoyar a Ucrania, sin comprometer el marco legal internacional.
Indicador | Dato |
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Peso de trabajadores extranjeros en la fuerza laboral (eurozona, 2022) | 9% |
Aporte al crecimiento del empleo (eurozona, 2022–2025) | ≈50% |
Trabajadores extranjeros añadidos (eurozona, 2022–2025) | 3,1 millones |
PIB de Alemania sin trabajadores extranjeros (2019–2025, contrafactual) | −6% |
Peso de trabajadores extranjeros en la fuerza laboral (España, últ. dato) | 16% |
Población de la UE (2024) y aporte de la migración | 450,4 millones; saldo migratorio +2,3 millones |
El mensaje de Lagarde deja una idea central: en un ciclo de tipos todavía restrictivo y con productividad débil, la inmigración ordenada ha sido una ventaja comparativa para Europa. Aporta elasticidad al empleo, sostiene el PIB y gana peso en países como España y Alemania. El reto, advierte, es compatibilizarlo con marcos estables de política monetaria y seguridad jurídica.