La ultraderecha cubano europea y la cultura

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La ultraderecha cubano europea y la cultura

Van contra guitarras y poesía. Las tablas no le interesan, ni mucho menos esa moderna versión de La Celestina de hacia dónde conduce la ambición de riqueza y poder.

Buena Fe En Vivo
Buena Fe En Vivo
Los ultras de derecha e izquierda suelen cometer los mismos errores o comportarse de igual modo: los apasionados excesos. Se identifican, según la sabiduría campesina cubana, por eso tan ilustrativo de que “el pájaro se conoce según su cagada”.. O no quisieron enterarse, lo desconocían o lo dejaron en el banco de espera por si fuera necesario armar el escándalo. Pasaron el espectáculo desde Madrid hacia París, con la poetisa Nancy Morejón, víctima de la misma receta de odio feroz. Sucedió entonces que en la capital española subió el telón sin provocadores entusiastas. Mientras el show Buena Fe estaba en todo su esplendor y persecución, que hasta ni un McDonald’s pudieron comerse tranquilamente esos muchachos, un grupo teatral de Miami, en conjunto con otro homólogo de la isla, presentaban en Madrid una versión de la muy conocida obra La Celestina, de Fernando de Rojas. Y todo transcurrió sin novedad alguna. Por lo claro. Van contra guitarras y poesía. Las tablas no le interesan, ni mucho menos esa moderna versión de La Celestina de hacia dónde conduce la ambición de riqueza y poder. Menos mal que para no completar el ridículo los de Miami no desembarcaron la famosa aplanadora por el Manzanares.

Los ultras de derecha e izquierda suelen cometer los mismos errores o comportarse de igual modo: los apasionados excesos. Se identifican, según la sabiduría campesina cubana, por eso tan ilustrativo de que “el pájaro se conoce según su cagada”.

O no quisieron enterarse, lo desconocían o lo dejaron en el banco de espera por si fuera necesario armar el escándalo. Pasaron el espectáculo desde Madrid hacia París, con la poetisa Nancy Morejón, víctima de la misma receta de odio feroz. Sucedió entonces que en la capital española subió el telón sin provocadores entusiastas.

Mientras el show Buena Fe estaba en todo su esplendor y persecución, que hasta ni un McDonald’s pudieron comerse tranquilamente esos muchachos, un grupo teatral de Miami, en conjunto con otro homólogo de la isla, presentaban en Madrid una versión de la muy conocida obra La Celestina, de Fernando de Rojas. Y todo transcurrió sin novedad alguna.

Por lo claro. Van contra guitarras y poesía. Las tablas no le interesan, ni mucho menos esa moderna versión de La Celestina de hacia dónde conduce la ambición de riqueza y poder. Menos mal que para no completar el ridículo los de Miami no desembarcaron la famosa aplanadora por el Manzanares.

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