La herramienta, elaborada durante el primer mandato de Trump y utilizada posteriormente como medida disuasoria contra China, permite al brazo ejecutivo de la UE imponer restricciones al comercio de servicios si determina que un país utiliza los aranceles sobre los bienes para forzar cambios en su política.
La amenaza de Trump de utilizar aranceles para coaccionar a Dinamarca a entregar Groenlandia y presionar a la UE para que abandone las medidas de ejecución contra las empresas tecnológicas estadounidenses cumpliría los requisitos, según las fuentes que cita el diario británico.
Apodada «bazuca» por algunos funcionarios de la UE cuando entró en vigor en 2023, esta herramienta permite a la UE seleccionar entre una amplia gama de medidas de represalia, como revocar la protección de los derechos de propiedad intelectual o su explotación comercial, por ejemplo, las descargas de software y los servicios de streaming. También otorga el poder para bloquear la inversión extranjera directa o restringir el acceso al mercado de la banca, los seguros y otros grupos de servicios financieros.
La semana pasada, Trump dijo que impondría aranceles a la UE, citando las medidas de Bruselas contra las empresas tecnológicas estadounidenses y su gran déficit comercial en bienes. No ha dado detalles sobre cuándo se adoptarían las medidas ni si —llegado el caso— el bloque podría negociar una prórroga, como han conseguido Canadá y México.
Los ministros de Comercio de la UE se reunieron el martes en Varsovia para debatir las amenazas del presidente estadounidense. El diario británico asegura que, en las discusiones a puerta cerrada, la mayoría se mostró partidario de tomar medidas punitivas si fuera necesario.