La escasez de medicamentos se ha convertido en una amenaza persistente para la salud pública europea. Un informe del Tribunal de Cuentas Europeo alerta de que, pese a las medidas adoptadas en los últimos años, la Unión Europea sigue sin contar con un mecanismo eficaz para prevenir y gestionar crisis de abastecimiento. El problema afecta tanto a antibióticos como a vacunas y tratamientos innovadores, y se ha agravado por la fragmentación del mercado y la dependencia de la producción en Asia.
Una crisis creciente que golpea a pacientes y sistemas sanitarios
En 2023 y 2024, los países de la UE registraron los mayores niveles de desabastecimiento de la última década, con 136 medicamentos en escasez crítica. Según los auditores, esta situación compromete la seguridad de los pacientes y genera un sobrecoste para médicos, farmacias y sistemas sanitarios.
La EMA, reforzada durante la pandemia, ha ayudado a reducir el impacto en algunos episodios, pero carece de competencias legales para actuar salvo en emergencias sanitarias. Además, las notificaciones de la industria llegan con retraso e información incompleta, lo que limita la capacidad de reacción.
El Tribunal alerta de que la UE carece de un marco legal y de datos fiables para anticiparse a la escasez de medicamentos
Dependencia exterior y acopio descoordinado
La Comisión Europea identifica como causas principales las vulnerabilidades en la cadena de suministro, dado que buena parte de la producción de antibióticos y analgésicos se ha externalizado a Asia. Frente a esta fragilidad, varios países optaron por hacer acopio de fármacos, lo que agravó la escasez en otros Estados al no existir coordinación.
La elaboración de la primera lista de medicamentos esenciales es un paso relevante, pero los auditores subrayan que incluso algunos de estos fármacos están actualmente en escasez crítica.
El acopio nacional sin coordinación europea ha intensificado los problemas de abastecimiento
Un mercado fragmentado que limita soluciones
El mercado único de medicamentos funciona de forma fragmentada: la mayoría de los fármacos se autorizan a nivel nacional y, aunque algunos cuentan con autorización europea, no se comercializan en todos los países. A ello se suman diferencias de envases, precios y políticas de reembolso.
Esta falta de homogeneidad dificulta la redistribución de medicamentos en situaciones críticas y alimenta desigualdades en el acceso. El Tribunal reprocha además que Bruselas no haya eliminado los obstáculos transfronterizos al comercio.
Las diferencias de regulación y precios entre países frenan la libre circulación de medicamentos en la UE
Gasto sanitario y reformas pendientes
El gasto sanitario de los Estados miembros oscila entre el 5,5% y el 12,6% del PIB, lo que en 2022 supuso 1,648 billones de euros en total. Pese a estas cifras, el acceso a los medicamentos sigue siendo desigual: de los 629 fármacos autorizados desde 2015, solo 107 están disponibles en Malta frente a 521 en Alemania.
La Comisión Europea ha presentado propuestas legislativas, como el futuro Reglamento de Medicamentos Esenciales, que podrían mejorar la situación. Sin embargo, los auditores dudan de que resuelvan los problemas de raíz, como la falta de transparencia en los precios o la obligación real de suministro continuo por parte de la industria.
Indicadores clave en la UE | Datos |
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Medicamentos en escasez crítica (2022-2024) | 136 |
Gasto sanitario UE (2022) | 1,648 billones de euros |
Peso del gasto en PIB | 5,5%-12,6% |
Medicamentos autorizados desde 2015 | 629 |
Disponibles en Malta | 107 |
Disponibles en Alemania | 521 |
Un reto de autonomía estratégica
El informe concluye que la autonomía estratégica europea en materia de medicamentos está aún lejos de lograrse. La dependencia de terceros países y la fragmentación normativa hacen que el abastecimiento siga siendo vulnerable.
Los auditores instan a acelerar las reformas, reforzar la coordinación y dotar a la EMA de competencias efectivas para garantizar que episodios como los vividos en 2023 y 2024 no se repitan con la misma intensidad.