Gasto en Defensa

La UE eleva el gasto en defensa hasta 343.000 millones y compra la mayor parte del armamento fuera de Europa

El desembolso militar de los Veintisiete se acelera desde 2021 y Bruselas intenta redirigir las compras hacia la industria europea.

Gasto en defensa
Gasto en defensa

Entradilla El gasto en defensa de los países de la Unión Europea alcanzó en 2024 los 343.000 millones de euros, una cifra que supone un nuevo máximo histórico. El aumento del presupuesto se está concentrando en la compra de armamento, aunque una parte mayoritaria del material adquirido procede de proveedores externos, principalmente de EEUU.

Entre 2021 y 2024, el esfuerzo militar europeo ha crecido a un ritmo desconocido desde el final de la Guerra Fría. El contexto geopolítico, marcado por la guerra en Ucrania y el refuerzo del flanco oriental, ha llevado a los Estados miembros a incrementar de forma sostenida sus presupuestos y a acelerar la reposición de capacidades militares.

El gasto militar europeo encadena diez años consecutivos al alza y se aproxima al 2,1% del PIB conjunto

Un gasto militar en máximos históricos

Según los datos agregados de las instituciones comunitarias, el gasto total en defensa de la UE se situó en 343.000 millones de euros en 2024, un 19% más que en 2023. Para 2025, la previsión apunta a 381.000 millones de euros, lo que elevaría el esfuerzo conjunto hasta aproximadamente el 2,1% del PIB de los Veintisiete.

El incremento no se limita a partidas de personal o funcionamiento. La inversión en defensa —que incluye equipamiento, investigación e infraestructuras— alcanzó 106.000 millones de euros en 2024, un aumento del 42% respecto al año anterior. Dentro de esta partida, la compra directa de material militar ascendió a 88.000 millones de euros, la cifra más alta registrada hasta la fecha.

La inversión en equipos y armamento crece más rápido que el gasto total y concentra el grueso del aumento presupuestario

El salto del gasto por países

El refuerzo militar no ha sido homogéneo. Algunos Estados miembros han protagonizado incrementos muy superiores a la media desde 2021, especialmente en el este y el norte de Europa.

País Gasto 2021 Gasto 2024 Variación
Polonia 17.800 millones 34.500 millones +93%
Dinamarca 5.300 millones 9.800 millones +83%
Finlandia 4.000 millones 6.900 millones +73%
Suecia 7.200 millones 11.700 millones +63%
Alemania 58.500 millones 86.300 millones +48%
España 20.000 millones 23.900 millones +19%
Francia 59.200 millones 63.100 millones +7%

Polonia, los países nórdicos y Alemania lideran el aumento del gasto desde 2021

Dependencia exterior en la compra de armamento

El incremento presupuestario se ha traducido en un fuerte aumento de las importaciones de armamento. En el periodo más reciente, las compras europeas de grandes sistemas militares casi se han duplicado respecto al lustro anterior.

Una parte sustancial de ese material procede de EEUU. En el conjunto de los países europeos integrados en la OTAN, cerca del 64% del armamento importado tiene origen estadounidense. Esta dependencia es especialmente visible en áreas como aviación de combate, defensa aérea y sistemas de largo alcance.

Otros proveedores relevantes han sido Corea del Sur, sobre todo en material terrestre, e Israel, en sistemas de defensa antiaérea y tecnología militar avanzada.

EEUU concentra cerca de dos tercios del armamento importado por los países europeos de la OTAN

A quién compran los principales países de la UE

El patrón de proveedores varía por país, aunque con una presencia dominante de EEUU en varios de los mayores importadores.

País Principal proveedor Segundo proveedor
Polonia EEUU Corea del Sur
Alemania EEUU Israel
Italia EEUU Alemania
Países Bajos EEUU Italia
Dinamarca EEUU Suiza
Rumanía EEUU Noruega
Grecia Francia EEUU
Hungría Alemania EEUU

Bruselas intenta redirigir el gasto

Ante este escenario, la Comisión Europea ha puesto en marcha instrumentos para reforzar la industria comunitaria de defensa. El principal es el programa SAFE, que permitirá canalizar hasta 150.000 millones de euros en préstamos para compras conjuntas y proyectos industriales comunes.

El objetivo es que una parte creciente del gasto militar se traduzca en producción dentro de Europa, reduzca la fragmentación entre Estados miembros y refuerce la autonomía estratégica de la UE en materia de defensa.

El cierre del ejercicio deja una fotografía clara: el gasto militar europeo ya está en niveles históricamente altos, pero el reto pendiente es convertir ese esfuerzo presupuestario en una capacidad industrial propia que reduzca la dependencia exterior.

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