La declaración del presidente del Consejo Europeo, António Costa, marca un antes y un después en la estrategia defensiva de la UE. Según el mandatario, la necesidad inmediata de equipamiento forzará a los Veintisiete a realizar compras a países como América, Corea del Sur o Japón, mientras se impulsa simultáneamente el desarrollo de la industria de defensa europea. El objetivo final, sin embargo, es claro: convertir a la UE en un referente en el ámbito de la seguridad, creando puestos de trabajo y fomentando la innovación dentro del bloque.
Costa y la apuesta por la defensa europea
El mandatario portugués ha subrayado que, a corto plazo, la Unión Europea no podrá cubrir todas sus necesidades de armamento únicamente con producción propia. Por ello, se verán obligados a abastecerse de aquellos países que actualmente tienen mayor capacidad de suministro. No obstante, António Costa remarca la importancia de que, a largo plazo, estas inversiones se reorienten hacia los Estados miembros, fortaleciendo una industria armamentística capaz de sostener la seguridad comunitaria.
“A corto plazo, tendremos que comprar las armas que necesitamos allí donde estén disponibles. A largo plazo, es imprescindible apuntalar la industria militar europea”
Una inversión sin precedentes
El plan aprobado por la UE el pasado 6 de marzo prevé un rearme con una cifra que podría alcanzar los 800.000 millones de euros en los próximos cuatro años. Además, los Veintisiete planean suavizar las reglas fiscales para facilitar la inversión masiva en defensa y crear un instrumento europeo de 150.000 millones de euros en préstamos. Estas medidas buscan garantizar que la producción de material militar y la innovación tecnológica permanezcan dentro de la órbita comunitaria, impulsando así la autosuficiencia de la Unión Europea en materia de seguridad.