La Comisión considera que algunas de esas pérdidas son inevitables, pero en su mayor parte con una actuación más exigente podría lograrse una mayor eficacia en la recaudación. La tendencia, sin embargo, tiende a ser más positiva y según el informe hecho público hoy en 2019 los estados miembros registraron una disminución de 7.000 millones respecto al año anterior.
Para el comisario de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, «a pesar de la tendencia positiva de los últimos años, la brecha del IVA sigue siendo motivo de gran preocupación, sobre todo teniendo en cuenta las enormes necesidades de inversión que los Estados miembros de la UE tendrán que abordar en los próximos años. Las cifras de este año corresponden a una pérdida de más de 4.000 euros por segundo”.
El comisario advirtió también que esas pérdidas deben compensarse con otros impuestos y que, en cualquier caso, afectan a todos los ciudadanos puesto que algunos servicios esenciales se ven afectados por esa merma tan significativa en los ingresos. Y concluyó con que se hará un esfuerzo suplementario para evitar tan enormes pérdidas actuando sobre todo cuando se trate de incumplimientos.