Sin embargo, la unidad del bloque enfrenta obstáculos, ya que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, podría boicotear la cumbre si el foco se centra en el apoyo militar a Ucrania.
Europa refuerza su apuesta por la Defensa
La cita llega después de recientes encuentros en París y Londres, y coincide con la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de destinar 150.000 millones de euros en préstamos para aumentar el gasto en Defensa. Esta medida forma parte de un plan más amplio que prevé alcanzar 800.000 millones de euros en la próxima década, en su mayoría a través de la reasignación de fondos comunitarios.
Fuentes diplomáticas subrayan que este paquete financiero es solo un “punto de partida”, ya que la inversión requerida para garantizar la seguridad del continente será considerablemente mayor. La iniciativa de Von der Leyen cuenta con un respaldo amplio dentro de la UE, cuyos líderes coinciden en que Europa debe asumir un papel más activo en su autonomía militar y reducir su dependencia de EEUU.
El impacto del giro de Trump y la crisis transatlántica
El debate se ha intensificado tras la decisión de Trump de suspender la ayuda militar a Ucrania, lo que ha generado preocupación entre los aliados europeos. Mientras Washington busca presionar a Kiev para negociar un acuerdo con Moscú, la UE insiste en que cualquier pacto de paz debe garantizar la soberanía e integridad territorial de Ucrania.
Pese a la voluntad europea de reforzar su compromiso con Ucrania, la cumbre no prevé aprobar nuevas medidas concretas de apoyo militar. La falta de consenso ha frenado la creación de un nuevo fondo de 30.000 millones de euros, promovido por la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas. No obstante, fuentes en Bruselas aseguran que el proyecto sigue en pie y que se seguirá trabajando para su adopción en el futuro.
Un enviado especial para las negociaciones con Ucrania
Los líderes también abordarán la posibilidad de nombrar un enviado especial de la UE para las negociaciones sobre Ucrania, una idea bien recibida en los círculos diplomáticos. Aunque esta figura no reemplazaría a los líderes comunitarios, sí permitiría a la UE desempeñar un papel más activo en las negociaciones de paz.
El bloque también estudia su posible participación en una coalición de seguridad internacional, impulsada en la reciente reunión de Londres, con el fin de garantizar el cumplimiento de un eventual alto el fuego. Sin embargo, la viabilidad de esta iniciativa sigue dependiendo del respaldo de Washington.
Orbán y la amenaza de división en la UE
Uno de los principales desafíos de la cumbre será la postura de Hungría, cuyo líder, Viktor Orbán, insiste en que la UE debe negociar directamente con Putin en lugar de seguir apoyando militarmente a Ucrania. Su reticencia a firmar un documento de apoyo explícito a Kiev podría fracturar la unidad europea.
Eslovaquia, liderada por Robert Fico, también ha mostrado reservas sobre un lenguaje demasiado contundente en favor de Ucrania. Ante esta situación, Bruselas evalúa la posibilidad de aprobar una declaración conjunta sin la firma de Hungría y Eslovaquia, asegurando que la mayoría del bloque mantenga una posición firme contra Rusia.
Hacia una Europa más soberana en Defensa
El consenso en Bruselas es claro: Europa debe acelerar su inversión en Defensa y reducir su dependencia de Estados Unidos. “Hay una asunción clara de que no se hizo suficiente en el pasado”, admiten fuentes comunitarias, señalando que el giro de Trump ha hecho que la UE se enfrente a una de sus cumbres más cruciales.
Aunque la cumbre no traerá decisiones definitivas, sentará las bases para la nueva estrategia de rearme europeo, con el objetivo de consolidar una UE más fuerte, autónoma y capaz de responder a las amenazas globales.