Recursos Naturales

La ONU alerta: cuatro de cada diez guerras en seis décadas nacen por el control de recursos naturales

La ONU advierte que la explotación de agua, minerales o petróleo duplica el riesgo de conflicto y reclama incluir la protección ambiental en las estrategias de paz.

Guerra Soldado
Soldado

Al menos un 40% de los conflictos internos en el mundo durante los últimos 60 años han estado vinculados con la explotación de recursos naturales, tanto por su valor económico como por su escasez. Naciones Unidas alerta de que el medio ambiente sigue siendo “la víctima olvidada” de las guerras y pide reforzar su protección en los tratados internacionales.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) ha recordado con motivo del Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados que los recursos naturales se han convertido en una de las principales causas de los conflictos contemporáneos.

Según el organismo, cuatro de cada diez guerras en seis décadas han tenido su origen en la lucha por madera, diamantes, oro, minerales o petróleo, o por la escasez de agua y tierra fértil.

Naciones Unidas reclama que la preservación del entorno natural forme parte de todas las estrategias de paz

“La humanidad siempre ha contado sus víctimas de guerra en términos de muertos y heridos, de ciudades destruidas, de medios de vida arruinados”, señala la ONU. “Sin embargo, el medio ambiente ha sido con frecuencia la víctima olvidada”.

La naturaleza, víctima silenciosa de la guerra

El organismo internacional advierte de que el riesgo de que estallen conflictos se duplica cuando en el territorio existen recursos naturales en disputa. “Pozos contaminados, cultivos quemados, bosques talados, suelos envenenados y animales sacrificados, todo se ha dado por válido para obtener una ventaja militar”, subraya el informe.

El Pnuma asegura que no puede haber paz duradera si se destruyen los ecosistemas que sustentan los medios de vida

Naciones Unidas considera “primordial” garantizar que la preservación ambiental forme parte de las estrategias de prevención de conflictos, mantenimiento de la paz y reconstrucción. “No puede haber paz duradera si los recursos naturales que sostienen los ecosistemas son destruidos”, concluye.

Seis décadas de contaminación bélica

La preocupación por los efectos ecológicos de la guerra se hizo visible durante la Guerra de Vietnam, donde el uso del herbicida tóxico Agente Naranja provocó una deforestación masiva y contaminación química sin precedentes. Aquella catástrofe impulsó la creación de nuevos instrumentos legales como la Convención sobre la Prohibición de utilizar técnicas de modificación ambiental con fines militares (1976) y el Protocolo I de los Convenios de Ginebra (1977), que prohíben causar “daños generalizados, a largo plazo y graves al medio ambiente natural”.

Sin embargo, estos tratados fueron cuestionados durante la Guerra del Golfo (1990-1991), cuando la destrucción intencionada de más de 600 pozos petroleros en Kuwait por las tropas iraquíes provocó una catástrofe ecológica de enorme magnitud y reclamaciones por 85.000 millones de dólares (76.700 millones de euros) en daños ambientales.

Principales conflictos con impacto ambiental

Conflicto Año Impacto ambiental principal Consecuencias estimadas
Vietnam 1955-1975 Uso de Agente Naranja y deforestación masiva Contaminación química y protestas internacionales
Golfo Pérsico 1990-1991 Quema de más de 600 pozos petroleros en Kuwait 85.000 millones $ en daños ecológicos
Kosovo 1999 Bombardeo de industrias y vertidos tóxicos Contaminación química en Danubio
Líbano 2006 Bombardeo de la central eléctrica de Jiyeh Vertido de 12.000-15.000 toneladas de fueloil al Mediterráneo
Irak 2014-2017 Incendio de pozos por Daesh Emisión de dióxido de azufre, plomo y partículas tóxicas

Kosovo, Líbano e Irak: los conflictos recientes más contaminantes

Durante la guerra de Kosovo (1999), el bombardeo de instalaciones industriales provocó contaminación química en zonas críticas como Pancevo, Kragujevac, Novi Sad y Bor, con riesgo de afectación al Danubio. En el Líbano (2006), el ataque a la central eléctrica de Jiyeh liberó entre 12.000 y 15.000 toneladas de combustible al Mediterráneo.

La ONU denuncia la falta de gobernanza y el colapso institucional como causas de nuevos desastres ecológicos

Más recientemente, el conflicto contra Daesh en Irak (2014-2017) dejó una huella ambiental devastadora. Los combatientes incendiaron pozos de petróleo, liberando a la atmósfera dióxido de azufre, monóxido de carbono y metales pesados como níquel, vanadio y plomo, con efectos prolongados sobre la salud humana y la calidad del aire.

La ONU alerta de que la degradación ambiental puede alimentar nuevos ciclos de violencia si los países no incorporan la sostenibilidad a las políticas de reconstrucción y seguridad. “La paz y el medio ambiente no pueden separarse”, advierte el Pnuma, que pide convertir la protección de la naturaleza en un pilar de la seguridad global.

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