«Cada vez es más alarmante la capacidad de las tecnologías digitales y de la IA de cambiar a la sociedad e influir en la política global. En 2024 los países con una población total de 4.000 millones de habitantes realizarán unas 70 votaciones y en este caso las falsificaciones digitales y las campañas de desinformación pueden ejercer un rol importante», dijo en una conferencia sobre la inteligencia artificial y los derechos humanos.
Türk señaló que es muy importante «que seamos un baluarte inexpugnable en la lucha contra la desinformación y las manipulaciones».
El alto comisionado también comentó que, por un lado, la IA puede cambiar «revolucionariamente» el modo de vida del ser humano y resolver algunos de los problemas mundiales más importantes. Pero, por otro lado, aumentan los riesgos que ponen en peligro los derechos y la dignidad humana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha instado a la humanidad, en aras de la defensa de la independencia del hombre y la salud de la población, a ser prudentes a la hora de usar la IA como, por ejemplo, el chatbot ChatGPT.
En junio pasado, la secretaria general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), Doreen Bogdan-Martin, declaró que el progreso incontrolado en el ámbito de la IA puede provocar conmociones sociales, inestabilidad geopolítica y desigualdad económica nunca vistas.