La obsolescencia programada cuesta hasta 50.000 euros a cada familia

Electrodomésticos

La obsolescencia programada cuesta hasta 50.000 euros a cada familia

La 'muerte' planificada de los electrodomésticos por parte de los fabricantes obliga a los consumidores a comprar, por ejemplo, cuatro o cinco lavadoras a lo largo de su vida.

Lavadoras

Móviles que empiezan a fallar al año, lavadoras que duran poco más de una década, ordenadores irreparables… los fabricantes fijan una vida útil cada vez más corta para sus electrodomésticos, obligando a los consumidores a renovar sus aparatos frecuentemente. ¿Qué impacto tienen estas prácticas en el bolsillo de los consumidores? Según la Fundación Energía e Innovación Sostenible (Feniss), para un núcleo familiar con cuatro miembros la denominada obsolescencia programada puede llegar a tener un coste de hasta 50.000 euros.

Ese es el dinero que podría ahorrar un hogar a lo largo de los años si los aparatos estuvieran diseñados para durar el máximo tiempo posible o para poder ser reparados fácilmente. De media, los electrodomésticos duran entre dos (en el caso de un móvil) y doce años (lavadoras o frigoríficos), lo que obliga por ejemplo a una persona a comprar cuatro o cinco lavadoras a lo largo de su vida. Según los expertos, algunos de estos productos podrían en realidad utilizarse hasta 50 años.

Según el director académico de los MBA y programas directivos de la UOC, Enric Serradell, la obsolescencia programada es una “práctica fraudulenta y poco ética” que se ha “generalizado” entre los fabricantes.

La ‘muerte’ planificada se deja notar especialmente en la electrónica de consumo, como móviles y ordenadores, que cuentan ya con un espacio destacado en nuestra vida diaria. Un estudio elaborado por la organización ecologista Greenpeace y la compañía estadounidense de reparaciones iFixit reveló que el 70% de los ‘smartphones’ y tabletas más vendidos actualmente son difíciles o imposibles de reparar. No es posible “reemplazar las partes comúnmente fallidas, como la batería o la pantalla”. El análisis fue realizado antes del lanzamiento del último modelo de iPhone, el iPhone X, que es el móvil más frágil de todos los fabricados por Apple.

En este sentido, Carles Garrigues, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC señala en un comunicado que tecnológicamente es posible programar los productos para que queden obsoletos al cabo de un tiempo: “Hay muchas maneras de hacerlo, tanto en cuanto al hardware como al software”.

Pero pese a que los dispositivos tecnológicos más modernos son el máximo exponente actual de la obsolescencia programada, este fenómeno es bastante antiguo. Como muestra el documental ‘Comprar, tirar, comprar’, fue a raíz del ‘crac’ de 1929, cuando los fabricantes empezaron a acortar deliberadamente la vida útil de muchos objetos para fomentar el consumo, y el primero de ellos fue la bombilla: empezaron a diseñarse con una vida útil de no más de mil horas, cuando las primeras bombillas tenían más durabilidad.

Europa toma medidas

El pasado mes de julio el Parlamento Europeo dio luz verde a un texto que aboga por alargar la vida de los móviles y otro tipo de dispositivos informáticos e impulsar la reparabilidad de los productos. La resolución insta a la Comisión Europea, a los Estados miembros y a los fabricantes a “tomar medidas” para hacer frente a las prácticas de obsolescencia planificada.

Entre las medidas propuestas por la Eurocámara figuran la extensión de los períodos de garantía para reparaciones, los incentivos fiscales para dispositivos duraderos y fácilmente reparables o la promoción de la venta de productos de segunda mano. Además, pide a la Comisión Europea que comisión que estudie la creación de una etiqueta europea voluntaria que incluya, entre otras cosas, la durabilidad del producto y el diseño ecológico. Estas acciones se enmarcan en lo que se llama economía circular, que propone que los productos tengan siempre la posibilidad de ser reciclados y reutilizados, como apunta Enric Serradell, cirector académico de los MBA y programas directivos de la citada universidad.

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