La inteligencia artificial amenaza el futuro de la web: editores se movilizan para frenar la caída del tráfico
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La inteligencia artificial amenaza el futuro de la web: editores se movilizan para frenar la caída del tráfico

Los chatbots reducen los clics en buscadores y ponen en riesgo el modelo publicitario, mientras medios y foros exigen a las tecnológicas que paguen por el contenido.

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El auge de la inteligencia artificial en la búsqueda está reduciendo el tráfico web que antes generaban los motores tradicionales. Cada vez más consultas se resuelven con respuestas directas y no con clics, lo que ha provocado que editores, foros y enciclopedias se unan para exigir a las plataformas de IA un reparto justo de ingresos.

El pacto económico de la web abierta se basaba en que los usuarios buscaban información, llegaban a los sitios y estos se financiaban con publicidad.

Hoy ese equilibrio se rompe: la expansión de los chatbots ofrece respuestas instantáneas que dejan a los creadores de contenido fuera del circuito.

Para sobrevivir, medios de comunicación, foros y plataformas están probando nuevas fórmulas para obligar a que la IA pague por el contenido que utiliza.

El fin de la búsqueda como la conocíamos

Desde el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022, la forma de navegar ha cambiado. El asistente de OpenAI suma cientos de millones de usuarios y ha reducido por primera vez las búsquedas tradicionales en navegadores como Safari. Google, que concentra alrededor del 90% del mercado, ha introducido sus propios resúmenes con AI Overviews y un modo conversacional.

El resultado es que cada vez más búsquedas terminan sin clic. Las cifras son claras: el tráfico mundial procedente de buscadores cayó alrededor de un 5% en el último año y, en sectores como la salud, la reducción alcanza el 10%.

La tendencia es más profunda en las noticias: casi siete de cada diez consultas informativas ya no generan visitas.

Los editores denuncian que Google rompió el pacto al usar sus contenidos para competir con ellos mismos, mientras que foros como Stack Overflow y comunidades como Wikipedia alertan de que se frena la participación y la colaboración en línea.

La IA aumenta el zero-click y reduce el tráfico hacia los sitios de contenido

Licencias, demandas y cobros por rastreo

Para revertir la situación, los grandes grupos han iniciado una estrategia de “wooing and suing”: acuerdos de licencia con unas tecnológicas y demandas contra otras. News Corp, The New York Times o foros como Reddit ya han firmado convenios millonarios o están en los tribunales.

Además, surgen iniciativas técnicas como las de Cloudflare, que prueba un sistema pay-per-crawl para que los bots de IA paguen por rastrear contenidos. También aparecen plataformas como Tollbit, que permiten fijar precios distintos según la novedad del contenido, o modelos como ProRata, que reparten los ingresos publicitarios de las respuestas de IA entre los sitios que las alimentan.

Cobrar a los bots emerge como alternativa real para que la web abierta sea sostenible

Nuevos modelos de monetización ante la IA
Modelo Cómo funciona Ejemplo
Licencias directas Acuerdos editor–IA para usar contenido Periódicos y revistas con OpenAI o Amazon
Pay-per-crawl Los bots pagan por rastrear cada URL Piloto de Cloudflare
Tasa variable Precio distinto según frescura o tipo de artículo Plataforma Tollbit
Reparto publicitario Ingresos de anuncios en respuestas se distribuyen según contribución ProRata con Gist.ai

Reinventar el negocio más allá del clic

Los editores saben que depender de los buscadores es cada vez más arriesgado. Por eso crece la apuesta por newsletters, apps propias y eventos en vivo. Otros trasladan contenido a vídeo o pódcast, formatos más difíciles de resumir por la IA. También se impulsa el llamado escenario Google cero: planificar como si los buscadores no aportaran tráfico, reforzando marca y fidelización directa.

La incógnita está en si estas soluciones bastarán. Aunque Google sostiene que la web sigue creciendo en número de páginas, el problema no es la cantidad, sino la viabilidad económica de quienes producen la información.

El futuro de la web depende de que la IA comparta ingresos con los creadores de contenido

La muerte de la web abierta se anunció con las redes sociales y con las apps, pero nunca se materializó. Ahora la inteligencia artificial plantea el desafío más serio hasta la fecha. Si los chatbots concentran las respuestas sin redirigir tráfico, los creadores necesitan mecanismos para que el valor económico regrese a la fuente. La alternativa es un internet más cerrado y empobrecido.

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