La inflación pone ya en riesgo el consumo… y afectará sobre todo a los hogares más pobres

Macroeconomía

La inflación pone ya en riesgo el consumo… y afectará sobre todo a los hogares más pobres

Oxford Economics calcula un “lastre” de 0,3 puntos porcentuales en el consumo durante el invierno debido a la subida de los precios.

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La inflación empieza a poner en cuestión las perspectivas de crecimiento económico.  La fuerte subida de los precios en la eurozona –tasa del 4,1% en octubre- puede empezar a notarse en el gasto de los consumidores, auténtico motor de la recuperación, de acuerdo con un informe de Oxford Economics. El impacto, no obstante, será desigual, cebándose en los hogares de menores ingresos y siendo más leve en las rentas más altas.

“Mantenemos que la mayoría de los factores que impulsan la inflación se desvanecerán gradualmente”, señalan los expertos de la institución británica. “Pero ahora que las presiones inflacionistas parecen más amplias y sólidas de lo que se esperaba inicialmente, pasamos a examinar su impacto en el gasto de los consumidores, el motor de la recuperación de la eurozona”.

“Aunque esperamos que la inflación disminuya en 2022, las presiones actuales reducirán los ingresos reales y harán mella en el gasto de los consumidores”, apunta Oxford Economics. Asimismo, la elevada inflación actual podría producir “un lastre duradero en el consumo si se instalara en las expectativas de los hogares, ya que las elevadas expectativas de inflación y la incertidumbre son perjudiciales para el gasto”.

Los analistas de Oxford calculan de momento un “lastre” de 0,3 puntos porcentuales en el consumo durante el invierno debido a la subida de los precios. No obstante, destacan que el impacto va a ser desigual, con las rentas altas superándolo de manera más holgada y las familias de bajos ingresos sufriendo más.

Mayor impacto en las rentas más bajas

“Los hogares de rentas altas poseen la mayor parte del exceso de ahorro que impulsará el crecimiento del consumo”, explican los autores, lo que “les proporciona un colchón para compensar la disminución de los ingresos reales debida a la alta inflación y al aumento de los precios de la energía”.

“Son los hogares más ricos los que acumularon la mayor parte de los 780.000 millones de euros de exceso de ahorro durante la pandemia, mientras que los hogares con menores ingresos tuvieron más probabilidades de verse perjudicados y ver su riqueza aumentar menos o incluso caer. Los hogares más ricos también se beneficiaron de la subida de los precios de la vivienda y de las acciones en los últimos 18 meses, y es probable que su tasa de ahorro siga estando por encima de su media a largo plazo, a pesar de haber dado pasos hacia la normalización en el segundo y tercer trimestre. No esperamos que los hogares de renta alta recurran a su exceso de ahorro antes de 2022”, apunta Oxford.

Mientras, “los hogares más pobres suelen seguir un patrón de consumo que va de mano en mano, gastando todos sus ingresos y ahorrando poco. Esto significa que, en general, reducirán su gasto real en la misma medida que la inflación afecta a los ingresos reales”.

Diferencias en las cestas de consumo

Pero es que además al colchón con el que cuentan las familias de rentas más elevadas se suma el hecho de haberse visto menos afectados por la inflación a lo largo de la pandemia debido a la composición de sus cestas de consumo.

La inflación agregada de los hogares de renta baja está impulsada en mayor medida por los precios de los alimentos, alcohol y tabaco, así como de vivienda y de servicios públicos, explican los economistas. Mientras, los precios del transporte y la hostelería son los que más contribuyen a la inflación de los hogares de renta alta.

“El gasto de los hogares con menores ingresos en alimentos, alquileres o servicios públicos los pone a merced del aumento de la inflación, ya que no pueden sustituir o retrasar el consumo de esos artículos básicos”. Por el contrario, “la elevada inflación a la que se enfrentan los grupos de mayor renta está impulsada principalmente por los bienes y servicios discrecionales. Si se combina con el colchón financiero en forma de exceso de ahorro, hace que los hogares más ricos estén mucho más aislados de los impactos de la alta inflación, además de darles la opción de sustituir el consumo discrecional por artículos menos afectados por la subida de precios”.

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