La inflación industrial vuelve a terreno negativo por la evolución de los precios de la energía. En agosto, este componente recortó su tasa anual 6,4 puntos, hasta situarse en el -4,5%. La caída se explica por el abaratamiento de la producción, transporte y distribución de energía eléctrica y por un menor incremento en la producción de gas respecto al mismo mes del año anterior. Por contra, la bajada de los precios del refino de petróleo fue menos intensa que en agosto de 2024, lo que moderó en parte el descenso.
La energía recorta su tasa anual 6,4 puntos hasta el -4,5%
En contraste, los bienes de consumo no duradero elevaron su tasa anual cuatro décimas, hasta el -1,1%, impulsados por el aumento en los precios de la fabricación de aceites y grasas vegetales. Este comportamiento compensó parcialmente la debilidad del resto de componentes, manteniendo cierta estabilidad en la industria de alimentación. [SUMARIO] Los bienes de consumo no duradero mejoran su tasa hasta el -1,1%
Componente IPRI (agosto 2025) | Tasa anual (%) |
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Índice general | -1,5 |
Energía | -4,5 |
Bienes de consumo no duradero | -1,1 |
IPRI sin energía | -0,3 |
El índice sin energía modera la caída
Al excluir la energía, los precios industriales presentaron en agosto una tasa del -0,3%, dos décimas más que en julio y 1,2 puntos por encima del índice general. Este dato confirma que la mayor parte de la corrección se concentra en el sector energético y que el resto de ramas industriales mantiene un ritmo más estable.
Sin energía, los precios industriales caen solo un 0,3%
En términos mensuales (agosto sobre julio), los precios industriales disminuyeron un 0,4% debido al abaratamiento del refino de petróleo (-3,6%) y la producción, transporte y distribución de energía eléctrica (-1,2%). Este retroceso mensual consolida la tendencia de moderación iniciada en verano.
Perspectivas
El dato de agosto rompe con la secuencia de dos meses en positivo y refuerza la expectativa de un entorno industrial más estable para finales de año. La ralentización de la energía, junto con la presión contenida en los bienes de consumo no duradero, sugiere que la industria podría enfrentarse a un periodo de menores tensiones de precios en los próximos meses.
Sin embargo, la evolución futura dependerá del mercado energético y de la demanda internacional.