Tras un verano de relativa calma —con el IPC en el 2,0% en junio y julio—, el dato de septiembre confirma un cambio de ritmo. Alemania encadena dos meses de ascenso y se coloca en el punto más alto del año, un movimiento que vuelve a poner el foco en el poder adquisitivo de los hogares y en la lectura que hará el BCE de unas presiones de precios que no terminan de disiparse.
Servicios, energía y alimentos: los tres ejes del repunte
El principal impulso llegó de los servicios, con incrementos por encima de la media en transportes locales, reparaciones y seguros. Esa dinámica, menos volátil que la de los bienes, sostiene una inercia al alza en el núcleo de precios subyacentes que se mantiene en niveles superiores al 2%.
El repunte de septiembre se explica sobre todo por los servicios, cuya subida media del 3,4% consolidó la tendencia al alza
La menor caída de la energía redujo su efecto amortiguador sobre el índice general, mientras que los alimentos volvieron a empujar al alza el dato mensual.
En términos mensuales, el IPC avanzó un 0,2% respecto a agosto, con la cesta de la compra como catalizador más visible para los hogares.
La subyacente, en 2,8%: una presión más estructural
La inflación subyacente —sin alimentos ni energía— sube una décima hasta 2,8% y consolida que el tramo más inercial de la inflación sigue por encima del objetivo.
La subyacente marca su nivel más alto desde mayo y evidencia que las presiones internas aún no se han disipado
Este componente refleja el traslado de costes en servicios intensivos en trabajo y una resistencia de precios que dificulta el retorno rápido al 2%. Que el núcleo siga firme limita la capacidad de una desinflación rápida a corto plazo, a falta de un abaratamiento adicional de la energía o de una moderación más clara de los servicios.
Qué significa para salarios, consumo y BCE
El repunte erosiona la mejora reciente del poder de compra si la negociación salarial no acompaña. Para el consumo, la combinación de alimentos más caros y servicios persistentes puede seguir restando tracción en el cuarto trimestre.
Con una inflación general del 2,4% y una subyacente del 2,8%, el margen para recortes de tipos por parte del BCE se estrecha
En el plano de la política monetaria, el dato invita a la prudencia: con la general en 2,4% y la subyacente en 2,8%, el margen para acelerar recortes de tipos se reduce. La clave, a partir de ahora, será comprobar si octubre y noviembre confirman que septiembre fue un bache temporal o el inicio de una meseta de precios más alta.
Alemania: precios y ritmos de variación (2025)
| Indicador | junio | julio | agosto | septiembre |
|---|---|---|---|---|
| IPC interanual | 2,0% | 2,0% | 2,2% | 2,4% |
| IPC mensual | — | — | 0,1% | 0,2% |
| Inflación subyacente | — | — | 2,7% | 2,8% |
| Servicios (interanual) | — | 3,1% | 3,1% | 3,4% |
| Energía (interanual) | — | — | −3,4% | −0,7% |
Alemania entra en el último trimestre con una inflación que rebrota por el lado subyacente y unos servicios tensos. Si la energía no vuelve a abaratarse con fuerza, el 2% puede tardar en consolidarse. Próxima parada: la lectura de octubre y las señales de salarios y márgenes en servicios.











