De su lado, la lectura del índice armonizado de inflación, utilizada por Eurostat en sus estadísticas, repuntó en febrero hasta el 7,2% desde el 7% de enero, alcanzando así su nivel más alto desde la introducción del euro.
Según los datos preliminares publicados por Insee, el rebote de los precios refleja un mayor encarecimiento de los alimentos, con una subida interanual del 14,5%, frente al 13,3% de enero, mientras que la energía subió un 14% desde el 16,3% del mes anterior.
De su lado, el coste de los servicios en Francia aumentó en febrero un 2,9% interanual, tres décimas por encima de la subida de enero, mientras que los productos manufacturados se encarecieron un 4,6%, una décima más.