La inflación de EEUU se modera al 8,3%, pero menos de lo que esperaban los economistas

La inflación de EEUU se modera al 8,3%, pero menos de lo que esperaban los economistas

Los alimentos se encarecieron un 9,4% interanual, seis décimas más que el mes anterior y su mayor subida desde abril de 1981.

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El índice de precios al consumo (IPC) de EEUU  frenó en abril su senda ascendente al situarse en el 8,3% en tasa interanual, dos décimas menos que en el mes anterior, cuando había registrado su mayor lectura desde diciembre de 1981, según la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo estadounidense. El dato ha superado las previsiones de los economistas, que esperaban un repunte de precios del 8,1%.

En términos mensuales, en el mes de abril el IPC avanzó un 0,3%, después de la subida del 1,2% del mes de marzo, impulsado por la subida de los costes de la energía y los alimentos azuzados por la invasión rusa de Ucrania. Los alimentos se encarecieron un 9,4% interanual, seis décimas más que el mes anterior y su mayor subida desde abril de 1981.

Si se excluye del cálculo la volatilidad de la energía y de los alimentos, la tasa de inflación subyacente interanual se situó el pasado mes de abril en el 6,2%, frente al 6,5% de marzo. Sin embargo, la subida mensual del IPC aumentó a un ritmo más rápido que el mes anterior, con un 0,6% frente al 0,3% de marzo.

En general, los economistas esperan que el ritmo de crecimiento de los precios al consumo se modere aún más los próximos meses, a medida que los efectos inmediatos de la guerra en Ucrania disminuyan. Pero, sobre todo, por el efecto base. Es decir, cuando estos guarismos empiecen a compararse con los niveles registrados el año pasado, que ya eran muy altos.

Sin embargo, la evidencia de que las presiones sobre los precios ya no son un fenómeno exclusivo de los sectores más afectados por las perturbaciones relacionadas con la pandemia -sino una tendencia de base amplia que afecta a todos los sectores- ha avivado la preocupación de que la inflación se esté convirtiendo en un problema persistente.

El presidente de EEUU, Joe Biden, subrayó ayer que la lucha contra la inflación es el «principal reto económico» de su administración, al tiempo que expresó su apoyo a los esfuerzos de la Reserva Federal por controlar la inflación.

La Reserva Federal ha redoblado sus esfuerzos para contener la escalada de los precios, aplicando este mes su primera subida de tipos de medio punto en más de dos décadas. Se esperan nuevas subidas en junio y julio, y posiblemente incluso en septiembre, y se prevé que el tipo de interés de los fondos federales alcance el 2,7% a finales de año.

La segunda palanca de la Fed para enfriar la economía, la reducción de su balance de 9 billones de dólares, también comenzará en junio.

La pregunta clave para los inversores es si el banco central estadounidense puede reducir la inflación sin provocar una recesión. John Williams, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, dijo esta semana que el reto de diseñar un aterrizaje suave sería difícil pero «no insuperable».

Los mercados financieros han sufrido una gran sacudida en los últimos días, con fuertes pérdidas en los mercados de renta variable y un aumento del coste de la deuda de Estados Unidos. El rendimiento del Tesoro a 10 años ronda ahora el 3%, aproximadamente el doble de su registro a principios de año.

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