La inflación alemana alcanza el doble dígito por primera vez en 70 años

Alemania

La inflación alemana alcanza el doble dígito por primera vez en 70 años

El IPC alemán se dispara al 10% y complica aún más el proceso de normalización monetaria del BCE.

Puerta de Brandeburgo (Berlín, Alemania)

Puerta de Brandenburgo

La inflación en Alemania ha alcanzado el doble dígito por primera vez en 70 años. La subida de precios ha sido superior a la prevista por el mercado, después de que finalizaran las medidas temporales de alivio del Gobierno y de que haya empeorado la crisis energética en Europa.

La tasa de inflación aumentó en septiembre un 10% interanual, frente al 7,9% registrado en agosto, según las cifras preliminares publicadas este jueves por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).  En julio de 2022, el IPC fue del 7,5% y, en junio, del 7,6%.

Dichas tasas de inflación son inéditas en la Alemania reunificada. Con anterioridad a ella, unas cifras similares se registraron a principios de los años 50, pero el método de cálculo ha cambiado con el tiempo, según la agencia alemana dpa.

PREOCUPACIÓN PARA EL BCE

Esta fuerte subida de precios añade más presión al Banco Central Europeo (BCE), que podría endurecer su política monetaria de forma más agresiva para contener las tensiones inflacionistas. De cualquier manera, la autoridad monetaria ya está planeando otra fuerte subida de tipos de interés después del aumento histórico de 75 puntos básicos a principios de este mes.

Mañana, la oficina de estadística comunitaria Eurostat tiene previsto publicar su estimación de precios para la eurozona y el dato podría decepcionar al mercado por la fuerte subida del IPC alemán, a pesar de que esta mañana España sorprendió con una desaceleración del IPC más pronunciada de lo esperado.

En un esfuerzo por contener precios, el Ejecutivo de Olaf Scholz ha anunciado hoy que pondrá un tope a los precios del gas. Según la agencia Bloomberg, Berlín pedirá prestados unos 146.000 millones de euros para financiar esta iniciativa.

Destatis comunicó que, en septiembre, la energía costó un 43,9% más que un año antes, y los alimentos subieron un 18,7 por ciento. Asimismo, en comparación con el mes de agosto, los precios de consumo aumentaron un 1,9 por ciento.

Según un estudio difundido por la consultora de consumo GfK, la alta inflación reduce el poder adquisitivo de los consumidores, cuyas débiles expectativas en cuanto a la evolución de sus ingresos empujan el clima de consumo a la baja.

De acuerdo con este, el indicador de las expectativas sobre los ingresos cayó a -67,7 puntos, un nuevo mínimo histórico desde que se iniciaron las encuestas en 1991.

«Las muy altas tasas de inflación actuales (…) generan grandes pérdidas de ingresos reales entre los consumidores y, por tanto, una importante reducción del poder adquisitivo», afirmó el experto en consumo de GfK Rolf Bürkl.

«Muchos hogares están obligados actualmente a gastar bastante más dinero en energía para pagar facturas de calefacción notablemente más caras. En consecuencia, tienen que recortar otros gastos, como por ejemplo nuevas compras», declaró Bürkl.

Durante meses, la energía y los alimentos han sido los mayores impulsores de los precios. El ataque ruso a Ucrania y los cuellos de botella en el suministro han agravado la ya tensa situación.

El Bundesbank (banco central alemán) prevé que la tasa de inflación medida por el denomimado índice de precios al consumo armonizado (IPCA) alcance el 10 por ciento en otoño (europeo).

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