La industria deportiva marcará un tanto decisivo en la recuperación

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La industria deportiva marcará un tanto decisivo en la recuperación

El deporte en España representa casi el 3% del PIB de España y, en 2019 -año previo al estallido de la pandemia, sostenía más de 220.000 empleos directos.

El deporte se ha convertido en un sector estratégico para la economía española. Más de 41.000 empresas -pymes en su mayoría- desarrollan su actividad en esta industria que aporta el 3% del PIB, sostiene cerca de medio millón de empleos y ya es considerada como “motor” de la recuperación y del nuevo modelo económico post-COVID.

A media mañana del viernes 25 de febrero, el mundo del deporte daba a conocer la que sería la primera de muchas respuestas a la invasión rusa de Ucrania. La UEFA anunciaba que la final de la Champions League de 2022 se jugará el 28 de mayo en Paris y no en San Petersbugo como estaba previsto. La decisión levantó ampollas en el Kremlin y no es de extrañar si tenemos en cuenta que, además del daño al valor emocional, la ciudad de nacimiento de Vladimir Putin dejará de ingresar -sólo el día del partido- en torno a 70 millones de euros. Horas después, la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) hacía público que el Gran Premio de Rusia, que albergaría la ciudad de Sochi el próximo septiembre, quedaba suspendido. Se sumaban así otros más de 45 millones de euros de ingresos perdidos. A partir de ahí, la cascada de pérdidas por las  anulaciones de eventos deportivos, cancelación de patrocinios (Gazprom, Adidas…) y sanciones a los equipos y selecciones rusas no dejaba de alimentarse. Rusia perdía cientos de millones de euros por el por el capricho imperialista de su presidente.

Desde que Barcelona acogiese las Olimpiadas de 1992, el deporte ha ido ganando protagonismo en las economías mundiales. En concreto, en España, representa casi el 3% del PIB de España y, en 2019 -año previo al estallido de la pandemia, sostenía más de 220.000 empleos directos (máximo histórico), de los que más de la mitad (el 53,2%) eran indefinidos. Pero aún hay más el 75% de los puestos de trabajo que genera la industria del deporte los ocupan menores de 40 años.

Obviamente la irrupción del COVID hizo mella en el sector, aunque de modo menos agresivo, habiéndose registrado una caída del empleo 8,6%. Ahora bien, tal y como les ocurre a los deportistas que están bien preparados tras la competición, la recuperación ha sido rápida y el pasado mes de enero el número de trabajadores en las actividades deportivas aumentó un 16,3%.

Además, según el Anuario de estadísticas deportivas, elaborado por el Consejo Superior de Deportes (CSD), el 1,2% de las empresas registradas en el DIRCE (Directorio Central de Empresas del Instituto Nacional de Estadística) desarrollan su actividad en el sector del deporte. De ellas, más de 41.000 son pymes.

MÁS DE 125 MILLONES DESDE EL FÚTBOL PARA OTROS DEPORTES 

Bajando del palco al terreno de juego, la pasada semana LaLiga -única competición europea que no ha necesitado de ayudas públicas para hacer frente a las pérdidas provocadas por el impacto de la crisis sanitaria – anunciaba que actualmente aporta más de 125 millones de euros anuales para el desarrollo de otros deportes y el fútbol no profesional.

Cantidad que se queda pequeña si la comparamos con los 5.045 millones de euros de la temporada 19/20 (última sobre la que se conocen resultados) y que fue un 3,6% superior a la obtenida en la temporada 18/19. Cabe señalar que la citada temporada 19/20 LaLiga obtuvo un beneficio de 77 millones de euros, alzándose así con el trofeo entre las principales ligas europeas.

A falta de conocer los datos definitivos y pese al agujero que provocaron las medidas adoptadas por la pandemia que redujeron un 65% la facturación por taquilla, se prevé que los ingresos de la temporada 20/21 superen los 3.500 millones de euros (cifra que habría ascendido hasta cerca de los 5.300 millones de euros sin los efectos del COVID.

Más allá de los resultados empresariales en sí, el impacto económico de LaLiga no sólo alcanza a las estrellas del balompié. Pensemos que por cada euro de ingresos se generan 4,2 en el resto de la economía. Medido en términos de recaudación supone más de 4.000 millones de euros, de los cuales en torno a 1.000 millones de euros se corresponden con cotizaciones a la Seguridad Social.

Con permiso del “deporte rey”, muchas otras disciplinas ocupan cada vez más espacio dentro del campo de juego de la economía. Por ejemplo, durante el ejercicio de 2020 -a pesar de haber caído un 43% por el COVID- la Fórmula 1 ingresó la nada desdeñable cantidad de 1.145 millones de euros. En el caso del tenis, sólo Roland Garrós genera unos ingresos de 300 millones de euros. Si miramos a la ACB, y pese a caer un 5,4% la temporada 19/20, los ingresos de la liga de baloncesto española fueron de 120,4 millones de euros.

Mención de honor merece el olimpismo. Sorprenden las cifras que se manejaron en los Juegos Olímpicos de Tokio. Según los datos del COI (Comité Olímpico Internacional) los derechos audiovisuales -que en el caso del fútbol representan el 35% de los ingresos- proporcionaron unos 4.000 millones de dólares de ingresos. Cantidad que se suma a los 3.300 millones de dólares de aportación de los patrocinadores locales y a los 800 del citado Comité Olímpico Internacional.

GANAR COMPETITIVIDAD

Los beneficios sociales y económicos de la industria del deporte justifican que el Gobierno de España haya elevado el presupuesto destinado al sector hasta los 251 millones de euros, elevando un 23,5% la partida destinada a subvenciones a federaciones deportivas. De hecho, España es el único país que ha incorporado el deporte como elemento tractor el plan de recuperación, lo que permitirá -vía Fondos Europeos- elevar la cuantía anterior hasta los 300 millones de euros.

Bajo este marco, Inmaculada De Benito, directora de Turismo, Cultura y Deporte de CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) durante la jornada “La Industria Cultural y Deportiva. Actividades Clave de la Economía Española” organizada la pasada semana por la patronal, destacaba la “necesidad de reconocer el deporte como sector industrial y económico”.  Entre otras cosas porque es un sector que está “ligado al liderazgo económico y la competividdad de la sanidad y la educación”, sectores críticos en términos socioeconómicos y pilares para la sostenibilidad del modelo hacia el que ha de virar la economía española.

Se trata, sin duda, de una carrera de fondo en la que se acaba de dar el pistoletazo de salida y que necesita de “estímulos financieros” -que contemplen también el valor de lo intangible para que el flujo sea viable- apuntaba De Benito, que quiso destacar, además, la labor de CREA SGR, cuyo objetivo es impulsar con recursos financieros la cultura y el deporte desde el marco de la la colaboración público privada.

Asimismo, llegar a la meta requiere de una revisión de la fiscalidad, en concreto del IVA que se aplica a las actividades deportivas. Más si tenemos en cuenta el ahorro sanitario que implica el simple hecho de practicar de deporte así como su papel como embajador de Marca España.

 

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