El primer semestre de 2025 concluye sin señales claras de reactivación económica en la eurozona. Los últimos datos del índice PMI de junio muestran una actividad casi estancada en el sector privado, con tensiones persistentes en los servicios y una industria que no logra revertir su deterioro. A ello se suma el impacto de crisis geopolíticas y aranceles variables de EEUU, que complican el panorama para la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
El crecimiento se mantiene por la mínima
El índice PMI compuesto de la zona euro, elaborado por S&P Global y Hamburg Commercial Bank, se situó en 50,2 puntos en junio, repitiendo el dato de mayo. Esta cifra marca el sexto mes consecutivo en terreno de expansión —por encima del umbral de 50—, pero sin impulso significativo.
Según los datos, el sector servicios alcanzó los 50 puntos, saliendo de la contracción (49,7 en mayo), mientras que la industria manufacturera mantuvo su caída con un PMI de 49,4 puntos, también sin cambios respecto al mes anterior.
El crecimiento ha sido “mínimo” durante el primer semestre, señala Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank
Débil demanda y mejora tímida en la confianza
Los nuevos pedidos volvieron a disminuir, aunque al ritmo más bajo en más de un año. Esta leve mejora se acompaña de un aumento marginal en el empleo y de una confianza empresarial que alcanza su nivel más alto desde principios de 2025.
Sin embargo, los analistas apuntan a la debilidad estructural de la demanda, afectada por factores externos como las tensiones geopolíticas y los cambios en la política comercial de EEUU.
Francia lastra la recuperación frente a una Alemania más estable
Mientras en Alemania se observan “indicios tentativos de mejora”, según el informe, Francia sigue siendo el principal lastre para la recuperación de la eurozona. La economía gala no consigue estabilizar sus sectores clave, lo que frena el crecimiento del conjunto de la región.
Precios bajo presión: energía y servicios en el foco del BCE
El entorno de precios sigue siendo un reto para el Banco Central Europeo. Aunque la inflación de los costes se modera, los precios cobrados por las empresas aumentan a mayor ritmo, especialmente en el sector servicios, que sigue mostrando tensiones.
La reciente subida del precio de la energía, vinculada al conflicto entre Israel e Irán, comienza a impactar, aunque aún no aparece completamente reflejada en las encuestas.