La deuda de gobiernos y empresas sigue disparada y más que triplica la economía mundial

Deuda Global

La deuda de gobiernos y empresas sigue disparada y más que triplica la economía mundial

El lobby bancario internacional alerta de que EEUU y China vuelven a liderar un aumento de la deuda mundial, que superará este año los 255 billones de dólares.

Bola del mundo hundiéndose

La deuda mundial sigue subiendo sin freno y podría superar este año los 255 billones de dólares –sí, con doce ceros-, según ha alertado el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés), que achaca buena parte del incremento a los dos principales potencias mundiales: EEUU y China. Solo en la primera mitad de este año la deuda global ya se incrementó en 7,5 billones de dólares, marcando un nuevo récord de 250 billones, o lo que es lo mismo, un 320% del PIB mundial.

El lobby bancario internacional destaca que en la primera mitad del año la deuda pública registró un incremento de 1,5 puntos porcentuales y podría acabar el año superando los 70 billones de dólares, frente a los 65,7 billones de 2018, principalmente por el mayor volumen de emisiones del Gobierno federal estadounidense. También un incremento significativo en la deuda de empresas no financieras, de un 1%, en este caso con protagonismo del sector empresarial chino. El IIF espera que la deuda corporativa aumente un 6% hasta superar los 75 billones de dólares este año.

El gran aumento de la deuda mundial en la última década -más de 70 billones de dólares- ha sido impulsado principalmente por los gobiernos y el sector empresarial (cada uno de ellos con un aumento de unos 27 billones de dólares).

Con más del 60% de los países del mundo en los que se espera un crecimiento por debajo del potencial en 2020, “la política acomodaticia de los bancos centrales permite tanto a las empresas como a los soberanos obtener préstamos y refinanciar a tasas bajas”, señala la asociación de bancos, “pero al disminuir las posibilidades de una mayor relajación monetaria en muchas partes del mundo, los países con altos niveles de deuda pública (como Italia), así como aquellos en los que la deuda pública está creciendo rápidamente (Argentina, Brasil, Sudáfrica o Grecia) pueden tener más dificultades para recurrir a los estímulos fiscales”.

Además, “el apetito de los inversores por financiar el sector empresarial en los países altamente endeudados es sensible a los cambios en el sentimiento de riesgo global; si este apetito disminuye, podría pesar sobre el capex y la creación de nuevos puestos de trabajo”.

La elevada deuda pone en riesgo la lucha contra el cambio climático

Por otro lado, el lobby bancario internacional avisa de que “la elevada carga de la deuda podría frenar los esfuerzos para hacer frente al riesgo climático”. Según recuerda, los flujos financieros mundiales para el cambio climático siguen estando muy por debajo de lo que se necesita para una transición efectiva hacia una economía con bajas emisiones de carbono. “Esta es una fuente creciente de preocupación para los países altamente endeudados que también están muy expuestos al riesgo climático (por ejemplo, Japón, Singapur, Corea e incluso EEUU)”, apunta el IIF.

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