«Los datos actuales no muestran señales de recuperación en el sentimiento del consumidor en Alemania. El clima de consumo se ha estancado en un nivel bajo desde mediados del año pasado», advierte Rolf Bürkl, experto en consumo de NIM.
Bürkl subraya que la rápida formación de un nuevo Gobierno federal y la aprobación del presupuesto ayudarían a reducir la incertidumbre y proporcionarían a hogares y empresas una mayor seguridad financiera, lo que podría incentivar el gasto y dinamizar el consumo.
El informe también muestra un deterioro en las expectativas de los consumidores sobre su situación financiera en los próximos 12 meses. El indicador correspondiente ha caído a -5,4 puntos, desde los -1,1 de enero, marcando su peor nivel desde comienzos de 2024. «El alza de los precios, la incertidumbre económica y política, y el descontento con la gestión gubernamental son los principales factores detrás de este pesimismo», apunta Bürkl.
En línea con esta tendencia, la disposición a comprar también ha descendido, afectada por la caída en las perspectivas de ingresos y el aumento de la intención de ahorrar. La preocupación por cierres de fábricas y deslocalizaciones, que amenazan miles de empleos en Alemania, ha reforzado el sentimiento de inseguridad laboral. Como resultado, este indicador se ha situado en -11,1 puntos, su peor registro en ocho meses.
No obstante, a diferencia de la percepción sobre los ingresos y el consumo, los alemanes se muestran ligeramente más optimistas en cuanto a las perspectivas económicas a medio plazo. El indicador que mide esta expectativa ha subido 2,8 puntos, hasta situarse en 1,2 enteros, aunque persisten los temores de que 2025 sea otro año de crecimiento débil para la economía alemana.