La víspera, las tres naciones bálticas desconectaron sus sistemas eléctricos de la red BRELL, que las conectaba en un anillo energético con Rusia y Bielorrusia, una medida que se venía planificando desde 2007.
«La sincronización de los países bálticos no solo contribuye a la seguridad del suministro de toda la unión, sino también favorecerá la integración de las energías renovables en el sistema, lo que permitirá a los consumidores beneficiarse de unos menores costos de energía en última instancia», señaló la CE en un comunicado.
Para el Ejecutivo europeo, la conexión a la red eléctrica continental a través de Polonia les permite a los países bálticos «alejarse de la dependencia energética de Rusia».
Así, serán capaz de «operar sus propios sistemas energéticos con arreglo a las reglas europeas comunes y transparentes», agrega el texto.
En 2018, los países bálticos, Polonia y la CE firmaron en Bruselas un acuerdo político sobre la sincronización de las redes eléctricas de Lituania, Letonia y Estonia con las de Europa continental.
Desde entonces, el proyecto de sincronización ha tenido un coste de 1.600 millones de euros, el 75 por ciento de los cuales procedieron de los fondos europeos.