La coalición de conservadores y socialdemócratas que gobierna Alemania desde mayo está crujiendo antes de que llegue el anunciado «otoño de las reformas».
«No estoy satisfecho con lo que hemos logrado hasta ahora. Hay que hacer más», confesó el sábado el canciller alemán, el democristiano Friedrich Merz.
El «otoño de las reformas» decidirá si la política sigue siendo capaz de reformarse, advirtió el secretario general de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Carsten Linnemann, sobre posibles recortes al Estado de bienestar social.
Al mismo tiempo, la cúpula del Partido Socialdemócrata (SPD), socio menor de la alianza, volvió a demandar que los más ganan paguen más impuestos para compensar el déficit multimillonario que se avecina en el presupuesto de 2027.
Merz: hay que mejorar la comunicación
El Gobierno federal de coalición entre la CDU, su hermana bávara CSU y el SPD lleva en funciones desde principios de mayo. En un congreso de la regional de la CDU de Baja Sajonia, el canciller se mostró insatisfecho, aun cuando ya se han puesto en marcha una nueva política migratoria e impulsos para un viraje económico.
Para demostrar que Alemania puede ser gobernada con éxito desde el centro, el canciller pidió al SPD que continúe el camino común «crítico con la migración y favorable a la industria».
Además, llamó a mejorar la comunicación dentro de la coalición. El líder de la CDU pidió tanto al SPD como a su propio partido que no hablen unos sobre otros, sino entre ellos.
La principal causa de conflicto fue la elección de nuevos jueces para el Tribunal Constitucional Federal, que se frustró antes del receso estival por el rechazo de los conservadores a una candidata de los socialdemócratas.
También hubo fricciones cuando Merz decidió no reducir el impuesto sobre la electricidad para todos, sino solo para ciertos sectores de la industria, contrariamente a lo pactado con el SPD en el acuerdo de coalición.
El vicecanciller Klingbeil se mantiene firme
Actualmente, la política fiscal es el principal motivo de controversia en el Ejecutivo germano. El ministro de Finanzas y copresidente del SPD, Lars Klingbeil, se mantiene firme en su postura de querer aumentar los impuestos a las clases de mayores ingresos.
«Las personas con grandes patrimonios e ingresos deben contribuir a que haya más justicia en esta sociedad. Especialmente en estos tiempos extremos», dijo Klingbeil a los periódicos del grupo editorial Funke y se declaró dispuesto a escuchar ideas de los conservadores para cerrar el déficit presupuestario de 30.000 millones de euros (35.200 millones de dólares).
Los democristianos, por su parte, recordaron que el acuerdo de coalición no prevé subidas de impuestos. «Con este Gobierno federal bajo mi liderazgo, no habrá un aumento del impuesto sobre la renta para las pequeñas y medianas empresas en Alemania», fue categórico Merz.
Reformas del Estado social
A partir de septiembre, una comisión presentará propuestas de reforma para prestaciones sociales como el ingreso básico, las ayudas a la vivienda y los suplementos que se pagan por hijos. De acuerdo con el acuerdo de coalición, la comisión deberá presentar sus conclusiones antes de finales de 2025.
En los próximos años se espera un fuerte incremento de los costes de los sistemas sociales. Las asociaciones empresariales llevan mucho tiempo quejándose de que esto encarece el factor trabajo. La ministra de Economía, la conservadora Katherina Reiche, también puso en el tapete la posibilidad de prolongar la vida laboral en una sociedad envejecida.
Llamamiento del canciller al SPD
Merz reiteró que es necesaria una reorientación de la política social. «No me van a intimidar palabras como recortes sociales, recortes drásticos y todo lo que se avecina», afirmó. «El Estado (de bienestar) social tal y como lo conocemos hoy en día ya no es financiable con lo que producimos económicamente».
Merz reconoció que no se lo está poniendo fácil a los socialdemócratas. «Pero el llamamiento va dirigido a todos nosotros: demostremos juntos que los cambios son posibles, que las reformas son posibles».
En vista del déficit presupuestario, Klingbeil también exigió reformas estructurales en materia de salud, asistencia, renta básica y pensiones: «Espero de todos los responsables más imaginación que simples recortes en las prestaciones para los trabajadores».