Todo un revuelo dado a conocer por el influyente diario estadounidense The Wall Street Journal que inició no por gusto una historia llamada a convertirse en una segunda temporada de aquel “ataque” desmesurado de grillos contra los gringos.
Aunque se sabe que estos trajines militares y de inteligencia van sumidos en el más estricto silencio, el sentido común dicta que no son momentos para tales permisos por parte de las autoridades cubanas porque han sido ellas mismas las firmantes de la Declaración de América Latina y el Caribe como zona de paz, entre otras razones tal vez de mayor peso.
Aunque el canciller Bruno Rodríguez ha declarado que “Cuba no es una amenaza para los Estados Unidos ni para ningún país”, con un mínimo de coeficiente inteligencia cualquier mortal durante sólo un fin de semana en La Habana comprenderá que la isla vive jornadas de subsistencia, que no está en condiciones de amedrentar a nadie, aunque sepa defenderse que es otra cosa distinta y diferente.
Lo de EEUU con Cuba es la misma historia del perro del hortelano, pero en versión estadounidense.
