La decisión llega después de que los ministros de Exteriores de ambos países, Marco Rubio y Serguei Lavrov, mantuvieran una conversación telefónica “constructiva”, aunque sin avances concretos sobre la preparación del encuentro. En Washington se recalca que, pese a la disposición al diálogo, las condiciones no son las adecuadas para un cara a cara entre los líderes.
Budapest, el escenario pospuesto
La reunión estaba prevista en Budapest, como continuación de la cumbre celebrada en agosto en Anchorage (Alaska), la primera tras el regreso de Trump a la Casa Blanca. Aquel encuentro concluyó sin acuerdos tangibles, más allá de la promesa de “mantener abiertos los canales de comunicación”.
El Kremlin sostiene que no se puede posponer algo que no estaba confirmado, mientras Washington evita dar fechas y pide cautela
En esta ocasión, la Casa Blanca busca evitar una foto simbólica que pueda interpretarse como una concesión a Moscú, especialmente en vísperas de la visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien la semana pasada abandonó Washington sin lograr el envío de los misiles Tomahawk que había solicitado.
| Fecha prevista | Lugar propuesto | Estado actual | Último contacto previo |
|---|---|---|---|
| Octubre 2025 | Budapest (Hungría) | Aplazada sin fecha | Llamada telefónica Trump–Putin (14 octubre 2025) |
Una diplomacia condicionada por la guerra
El aplazamiento de la cumbre refleja la tensión persistente entre Washington y Moscú en torno al conflicto de Ucrania. La Casa Blanca mantiene su apoyo militar y financiero a Kiev, mientras Rusia insiste en que no renunciará a sus objetivos estratégicos.
El Gobierno estadounidense quiere evitar un gesto político que Zelenski pueda considerar como una señal de distensión con Moscú
Trump había prometido durante la campaña que lograría “acabar con la guerra en 24 horas” si regresaba al poder, pero la realidad geopolítica y las presiones de la OTAN limitan cualquier intento de negociación directa con Putin sin incluir a Ucrania.
El ministro ruso de Exteriores, Lavrov, calificó la llamada con Rubio de “constructiva”, aunque el Kremlin subrayó que cualquier encuentro de alto nivel “requiere una preparación más detallada”. Washington, por su parte, aseguró que “no se descarta una futura cumbre”, pero siempre que haya avances concretos sobre seguridad y desescalada militar.
Tiempos y escenarios abiertos
Las conversaciones entre ambos países podrían reanudarse en noviembre, tras las elecciones legislativas en Estados Unidos, pero por ahora no hay ninguna confirmación. Los analistas coinciden en que un nuevo contacto dependerá de los movimientos en el frente ucraniano y de la evolución del apoyo europeo a Kiev.
El retraso ofrece a ambas potencias margen para reforzar posiciones antes de retomar el diálogo diplomático
Mientras tanto, la guerra continúa sin señales de alto el fuego, con ataques rusos sobre infraestructuras energéticas y una ofensiva ucraniana centrada en recuperar el control de Zaporiyia y Dnipró.
La cancelación de la cumbre de Budapest se interpreta como un revés simbólico para las aspiraciones de Trump de presentarse como mediador global. En Washington, el aplazamiento se enmarca en una estrategia más amplia: mantener el liderazgo occidental sin ceder terreno diplomático frente a Moscú. Pese a la pausa, las líneas de comunicación siguen abiertas, y ambas capitales parecen dispuestas a mantener la tensión bajo control mientras preparan el próximo movimiento.










