Desertificacióm
España se sitúa entre los países europeos con mayor incremento de la fatiga climática, según el informe People and Climate Change de Ipsos. El estudio refleja una caída significativa en el compromiso individual y empresarial con la lucha contra el cambio climático, pese a que el nivel general de preocupación se mantiene estable.
El 59% de los españoles considera que no actuar individualmente ante el cambio climático es fallar a las futuras generaciones, según el estudio de Ipsos, publicado con motivo del Día Internacional de la Tierra. Este porcentaje supone un descenso de 15 puntos respecto a 2021, situando a España entre los países con mayor aumento de la apatía climática, junto a Polonia, Alemania y Francia.
España ha perdido 15 puntos de apoyo a la acción individual por el clima en tan solo cuatro años
Este descenso también se refleja en la percepción sobre la responsabilidad empresarial. En 2021, un 73% de los encuestados apoyaba la idea de que las empresas deben actuar para combatir el cambio climático; hoy, esa cifra ha caído al 58%.
El informe muestra una tendencia clara: la preocupación climática es más baja entre hombres, jóvenes y votantes de partidos de derecha. Por ejemplo, solo un 53% de los votantes de Vox se declara preocupado por el cambio climático, frente al 89% de los votantes de Sumar.
La brecha generacional y política influye directamente en la percepción del cambio climático
Además, la idea de que España debería hacer más para combatir el cambio climático también ha disminuido, pasando del 67% en 2023 al 58% en 2025. Mientras tanto, crece la percepción de que se exige demasiado al país en esta lucha (del 27% al 34%).
España es el país europeo donde más personas creen que los últimos diez años han sido los más cálidos registrados. Para uno de cada dos españoles, el calentamiento global es la mayor amenaza para la salud del planeta.
Asimismo, la mitad de los encuestados rechaza la idea de que superar los 1,5 °C de calentamiento global no sea importante. Este dato refuerza la preocupación, aunque en muchos casos no se traduzca en voluntad de acción.
Pese al escepticismo creciente, España sigue siendo el país europeo con menos oposición a las energías renovables. Solo un 38% cree que la transición energética encarecerá la factura del hogar, frente a cifras superiores al 50% en países como Alemania, Francia o Países Bajos.
Los españoles aceptan mejor el cambio hacia las renovables, aunque con un 41% que aún no tiene una postura clara.
No obstante, la incertidumbre económica persiste, con un amplio porcentaje de la población sin una opinión definida sobre el coste de esta transición energética.
El informe de Ipsos evidencia una desconexión creciente entre la preocupación climática declarada y el compromiso activo individual y colectivo. A medida que avanza la emergencia climática, España se enfrenta al reto de combatir no solo el calentamiento global, sino también la fatiga y escepticismo social que lo rodea.
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