La firma de hemoderivados se enfrenta a una demanda colectiva de un mínimo de 54.000 donantes de sangre en el estado de Illinois por vulnerar su privacidad en los centros de recolección, publica hoy El Economista. Según este diario, los afectados afirman que en el momento acudir a los puntos de extracción estaban obligados a proporcionar sus huellas dactilares en una base de datos que se utilizó para rastrear las donaciones. Alegan que esto vulneró sus derechos al no estar autorizada por ellos, no destruir la información recolectada y exceder el propósito específico para el que se registraba.
Los damnificados ya han logrado un fallo a su favor en el Tribunal de Distrito de los EEUU para el Distrito Norte de Illinois. El juez hizo caso omiso a las explicaciones de Grifols y aseguró que le Ley de privacidad de información biométrica de Illinois se antepone a las normativas vinculadas a la recolección de plasma.
La compañía alegó que la agencia del medicamento estadounidense (FDA) le obliga a mantener un registro de donantes. Sin embargo, la corte dijo que con una fotografía ya era suficiente y rechazó que las huellas dactilares cumplan mejor la identificación de las personas que otros métodos. Además, indicó que los formularios firmados no contenían un aviso del motivo y la duración por la se almacenaba la información biométrica.
Tras esto, los afectados ya tienen vía libre para presentar la demanda colectiva.