La actividad manufacturera de EEUU se frena en marzo y apenas crece por la incertidumbre política y la presión de los costes

La actividad manufacturera de EEUU se frena en marzo y apenas crece por la incertidumbre política y la presión de los costes

El PMI manufacturero cae a 50,2 puntos y muestra un cuasiestancamiento del sector industrial por el retroceso de la producción, el freno en la contratación y el aumento de los aranceles.

Cadena de montaje
Cadena de montaje
La industria manufacturera de EEUU se topó con un freno en marzo tras un sólido comienzo de año. El índice PMI de S&P Global cayó hasta los 50,2 puntos, reflejando una desaceleración provocada por la incertidumbre política, el impacto de los aranceles y un aumento en los costes de producción.. Tras un febrero marcado por un notable dinamismo, la actividad manufacturera en Estados Unidos mostró claros signos de fatiga en marzo. Así lo refleja el índice PMI de S&P Global, que registró su lectura más baja en tres meses. Aunque el sector continúa en terreno positivo, las cifras sugieren un estancamiento impulsado por factores internos y externos que afectan tanto a la producción como a la confianza empresarial. La industria se estanca tras el impulso de febrero El índice de gerentes de compras (PMI) se situó en 50,2 puntos en marzo, frente a los 52,7 de febrero, lo que representa una pérdida significativa de impulso. Aunque el sector se mantiene técnicamente en expansión —al estar por encima del umbral de 50—, se trata de un crecimiento mínimo que apunta a una parálisis industrial. La ralentización se debe principalmente al primer retroceso en la producción desde diciembre, unido a una mejora de la demanda apenas modesta, pese a la estabilización en las exportaciones. “El fuerte comienzo de año para los fabricantes estadounidenses se ha tambaleado en marzo”, explicó Chris Williamson, economista jefe de S&P Global La contratación se congela y se disparan los costes Uno de los indicadores más preocupantes del informe es la detención de la contratación, que se produce después de cuatro meses consecutivos de creación de empleo en el sector manufacturero. A esto se suman crecientes presiones inflacionistas, especialmente por el repunte en los costes de los insumos, que han subido al ritmo más alto en dos años y medio. El factor clave detrás de este aumento son los aranceles, que han elevado el precio de componentes esenciales para la producción. “Los clientes están cancelando o retrasando sus compras, y eso, unido a los mayores costes, está afectando a las decisiones de producción y contratación”, advierte Williamson Incertidumbre política frena la confianza empresarial El informe también refleja un deterioro del optimismo empresarial, que se ha reducido de forma significativa desde el pico alcanzado en enero. La principal preocupación para las compañías es el impacto de posibles cambios en las políticas públicas bajo una segunda Administración Trump, lo que genera incertidumbre sobre el comportamiento de la demanda y las cadenas de suministro.

La industria manufacturera de EEUU se topó con un freno en marzo tras un sólido comienzo de año. El índice PMI de S&P Global cayó hasta los 50,2 puntos, reflejando una desaceleración provocada por la incertidumbre política, el impacto de los aranceles y un aumento en los costes de producción.

Tras un febrero marcado por un notable dinamismo, la actividad manufacturera en Estados Unidos mostró claros signos de fatiga en marzo. Así lo refleja el índice PMI de S&P Global, que registró su lectura más baja en tres meses.

Aunque el sector continúa en terreno positivo, las cifras sugieren un estancamiento impulsado por factores internos y externos que afectan tanto a la producción como a la confianza empresarial.

La industria se estanca tras el impulso de febrero

El índice de gerentes de compras (PMI) se situó en 50,2 puntos en marzo, frente a los 52,7 de febrero, lo que representa una pérdida significativa de impulso. Aunque el sector se mantiene técnicamente en expansión —al estar por encima del umbral de 50—, se trata de un crecimiento mínimo que apunta a una parálisis industrial.

La ralentización se debe principalmente al primer retroceso en la producción desde diciembre, unido a una mejora de la demanda apenas modesta, pese a la estabilización en las exportaciones.

“El fuerte comienzo de año para los fabricantes estadounidenses se ha tambaleado en marzo”, explicó Chris Williamson, economista jefe de S&P Global

La contratación se congela y se disparan los costes

Uno de los indicadores más preocupantes del informe es la detención de la contratación, que se produce después de cuatro meses consecutivos de creación de empleo en el sector manufacturero. A esto se suman crecientes presiones inflacionistas, especialmente por el repunte en los costes de los insumos, que han subido al ritmo más alto en dos años y medio.

El factor clave detrás de este aumento son los aranceles, que han elevado el precio de componentes esenciales para la producción.

“Los clientes están cancelando o retrasando sus compras, y eso, unido a los mayores costes, está afectando a las decisiones de producción y contratación”, advierte Williamson

Incertidumbre política frena la confianza empresarial

El informe también refleja un deterioro del optimismo empresarial, que se ha reducido de forma significativa desde el pico alcanzado en enero. La principal preocupación para las compañías es el impacto de posibles cambios en las políticas públicas bajo una segunda Administración Trump, lo que genera incertidumbre sobre el comportamiento de la demanda y las cadenas de suministro.

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