En un nuevo giro de la guerra entre Israel y Hamás, el Ejército israelí ha confirmado que el conjunto de sus principales unidades de combate está desplegado sobre el terreno en Gaza. La decisión marca un nuevo punto de inflexión en un conflicto que se ha intensificado desde octubre de 2023, dejando ya más de 53.500 muertos en el enclave palestino. Mientras tanto, el bloqueo al suministro humanitario y la presión internacional aumentan.
Máxima presencia militar desde octubre
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron el domingo que todas sus brigadas de infantería y blindadas están operativas en la Franja de Gaza. Entre las unidades desplegadas figuran las brigadas Golani, Paracaidistas, Givati, Comando, Kfir y Nahal, así como las divisiones blindadas 7ª, 188 y 401, a las que se suman algunas unidades de reserva.
Esta es la mayor movilización de tropas desde el inicio de la guerra, con decenas de miles de soldados operando simultáneamente, según confirmó la portavocía militar israelí.
“Estamos comprometidos con la eliminación total de Hamás”, declaró un portavoz del Gobierno israelí
“Carros de Guideón”: nueva fase ofensiva
El pasado domingo, Israel dio comienzo oficial a una nueva operación militar denominada Carros de Guideón, aunque ya había comenzado los ataques tres días antes, con al menos 100 bajas diarias registradas según fuentes palestinas.
Esta escalada responde a la negativa de Hamás a aceptar un nuevo acuerdo de alto el fuego temporal e intercambio parcial de rehenes, condiciones exigidas por el Gobierno de Benjamín Netanyahu como paso previo a una eventual tregua.
Cifras alarmantes del conflicto
Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023, el Ministerio de Salud de Gaza ha reportado más de 53.500 muertos y 152.000 heridos. Por parte israelí, el ataque inicial de Hamás dejó 1.218 muertos, la mayoría civiles, y el secuestro de 251 personas. De ellas, 58 siguen en Gaza y, según las FDI, solo 20 estarían vivas.
Tregua fallida y consecuencias humanitarias
Entre el 19 de enero y el 1 de marzo, las partes sostuvieron un frágil alto el fuego que permitió el intercambio de rehenes y presos: 30 rehenes israelíes vivos fueron liberados y 1.700 presos palestinos puestos en libertad.
Sin embargo, tras el vencimiento de ese pacto, y pese a los esfuerzos de mediación, Israel reanudó su ofensiva militar y cerró el paso de ayuda humanitaria, incluyendo el suministro de electricidad a la planta desalinizadora de Gaza.
Solo tras fuertes presiones internacionales, el Gobierno israelí permitió en los últimos días la entrada de 100 camiones diarios con ayuda humanitaria.