Radiador
Tres inviernos después del inicio de la guerra, la factura de la calefacción sigue mostrando una Europa dividida. Desde 2022, cuando la invasión de Ucrania disparó el precio del gas natural y desató una ola de subsidios temporales, el coste medio para los hogares europeos se mantiene elevado. Según Eurostat, la media comunitaria se sitúa en 11,43 euros por 100 kWh, frente a los 8,60 euros que se pagaban al comienzo del conflicto.
La media europea es hoy un 33% más cara que al inicio de la guerra y sigue sin volver a los niveles previos a la crisis energética
El precio de encender la calefacción varía ampliamente dentro de la UE. Los países del norte y el oeste, donde el consumo es más alto y los impuestos sobre la energía son mayores, presentan las facturas más elevadas. En el extremo opuesto, los países del este mantienen precios regulados o subvencionados.
| País | Precio gas doméstico (€/100 kWh) | Coste estimado invierno (7.000 kWh) | 
|---|---|---|
| Suecia | 21,28 | 1.489 € | 
| Países Bajos | 16,17 | 1.132 € | 
| Dinamarca | 13,06 | 914 € | 
| Italia | 13,36 | 935 € | 
| Francia | 13,07 | 914 € | 
| Alemania | 10,08 | 706 € | 
| España | 9,11 | 638 € | 
| Polonia | 9,07 | 635 € | 
| Croacia | 4,94 | 346 € | 
| Rumanía | 4,01 | 281 € | 
| Hungría | 1,62 | 113 € | 
| Media UE | 11,43 | 800 € | 
La brecha entre países es resultado de varios factores. En los más caros, pesan los impuestos medioambientales, los costes de red y la retirada de ayudas aplicadas tras 2022. En los más baratos, la existencia de tarifas reguladas y subvenciones públicas sigue conteniendo la factura.
La fiscalidad, las tarifas reguladas y la retirada de ayudas determinan gran parte de las diferencias nacionales
El estallido de la guerra en Ucrania transformó el mercado energético europeo. La ruptura del suministro ruso, la dependencia del gas licuado (GNL) y los costes de almacenamiento provocaron un salto sin precedentes. En 2022, la media de la UE se situaba en 8,60 euros por 100 kWh; en la actualidad, ronda 11,43 euros, con fuertes contrastes por país. Francia ha pasado de 8,59 a 13,31 euros, un aumento del 55%, mientras Italia roza los 13,4 euros, un 45% más. España, en cambio, ha contenido mejor la subida gracias al tope temporal y al peso de las energías renovables en su mix energético.
Aunque los precios mayoristas del gas han bajado respecto a 2022, los consumidores aún no perciben una rebaja proporcional. En la mayoría de los países, el coste final sigue condicionado por los impuestos nacionales, las tarifas de red y el calendario de retirada de ayudas. Si el invierno resulta especialmente frío, o si repuntan los precios del GNL, el efecto se notará en las próximas facturas domésticas.
Un invierno más frío o el repunte del GNL podría reactivar la presión sobre la factura doméstica pese a los almacenes llenos
Con los depósitos europeos al 95% de su capacidad y una menor demanda industrial, el riesgo de escasez parece controlado. Sin embargo, los expertos advierten de que la era de la energía barata en Europa terminó. El gas ya no depende solo de los mercados, sino también de la geopolítica y de la transición energética.
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