Rubio toma la delantera como candidato del ‘aparato’ republicano

Primarias EEUU

Rubio toma la delantera como candidato del ‘aparato’ republicano

Marco Rubio, candidato republicano

Por su parte Ted Cruz se hace con la victoria gracias al voto evangélico y relega a Trump, quien recibe un servero golpe como candidato anti-sistema Pese a terminar en el tercer puesto en las primarias presidenciales que esta noche se han celebrado en Iowa, el candidato republicano, Marco Rubio, puede considerarse el ganador moral de la noche con un 23% de los votos. Si bien, la tremenda igualdad en los resultados, que deja la carrera aún muy abierta, permite hablar de varios ganadores. Entre ellos se incluiría, cómo no, Ted Cruz, quien con un 28% de los votos se hizo con el primer puesto en esta primera contienda.

Pero sobre todo, estos resultados permiten hablar de varios perdedores. En primer lugar, se sitúa Donald Trump quien pese a llegar como favorito en las encuestas, se tuvo que conformar con el segundo puesto a cuatro puntos de diferencia de Cruz. Un resultado que le hace perder el liderazgo como el candidato ‘anti-establishment’ que los votantes más conservadores parecen desear con tanto ahinco.

A buen seguro que el excéntrico candidato guardará bajo su manga algún golpe de efecto que le permita recuperar la iniciativa mediática, pero queda la duda de si será capaz de traducir en resultados la ventaja que según las encuestas mantenía en New Hampshire, el próximo estado en celebrar primarias. Hasta ahora, se consideraba que el gran impacto mediático de Trump le favorecía, pero las elecciones de anoche han demostrado que también están sirviendo para movilizar un voto de rechazo frente a él.

Así, los análisis previos a los caucus coincidían en que una participación alta, favorecería a Trump, ya que los nuevos votantes tenderían a buscar a nuevas opciones; frente a los registrados en elecciones pasadas que lo harían por los candidatos favoritos del aparato del partido. Sin embargo, este argumento ha resultado ser tan sólo parcialmente cierto.

Las primarias republicanas en Iowa se han saldado con un récord de participación de más de 180.000 votantes y gran parte de esos nuevos votos han ido a un candidato que no cuenta con el apoyo de su partido, sí… pero éste no ha sido Trump: ha sido Ted Cruz. Y también, en parte para el mucho más convencional, para los estándares republicanos, Marco Rubio. Un movimiento sorprendente, respecto a los pronósticos, que en gran parte se explica por el voto ‘anti-Trump’.

Sin embargo, también hay que tener en cuenta otro factor como ha sido la composición de la participación y, en concreto, del voto ‘religioso’. Las últimas encuestas hablaban de que tan ‘sólo’ un 47% de los votantes serían evangélicos y, sin embargo, según los sondeos realizados ayer a la entrada de los colegios, este sector del electorado parece haber llegado a constituir el 64% del total republicano. Y es en ese sector el que habría otorgado la victoria a Cruz al obtener una ventaja de 12 puntos frente a Trump, con un 34% frente a un 22%; mientras que en el 36% de los votantes no evangélicos la ventaja fue para Trump con un 29% de los votos frente a un 18% de Cruz.

Pero estos datos parciales por segmentos del electorado son un escaso consuelo para Trump. Si como ha sucedido en Iowa, su ventaja en las encuestas de New Hampshire se desintegra, este podría ser el principio del fin para él como candidato republicano. Como decíamos ayer, tanto él como Cruz necesitan el impulso que las victorias en estos primeros estados les podrían proporcionar, para vencer a los candidatos favoritos del ‘aparato’ del partido del elefante.

Esos candidatos, como Rubio, Bush, Christie o incluso Kasich cuentan con más posibilidades a largo plazo, merced a dicho apoyo; pero eso no significa que no sea importante la batalla que se está disputando entre ellos en estos primeros estados. Principalmente porque tiene que dilucidarse quién de ellos podría ser ese candidato con posibilidades de hacer frente a los hasta ahora mucho más populares Cruz y Trump. Y es aquí donde cabe hablar de varios perdedores de la noche.

Así, el golpe asestado por Rubio en su contienda particular ha sido tremendo. En primer lugar por llegar a tan solo un punto de Trump y hasta siete puntos por encima de los resultados que las encuestas le otorgaban, ya que esto le permitió salir en los medios con un discurso muy fuerte en el que reivindicó para sí el ‘momentum’ político. Pero sobre todo, por los más de 20 puntos porcentuales de ventaja que le ha sacado a los Bush, Christie y Kasich.

De esta forma, al igual que Cruz toma la delantera como candidato ‘anti-stablishment’, Rubio podría comenzar a aglutinar al resto de votantes que hasta ahora han estado divididos ante una pléyade de hasta 12 candidatos -10 si excluímos a Cruz y Trump-. De momento, candidatos como Jeb Bush no parecen estar muy por la labor al señalar ya desde New Hampshire que Rubio «no tiene la experiencia para ganar ni para liderar»; pero la propia dinámica electoral podría hacer inevitable ese agrupamiento del partido del elefante en torno a Rubio si las tendencias de anoche se confirman.

Y efectivamente, esa tendencia podría acentuarse si como se espera, el senador de Carolina del Sur, tercer estado en celebrar primarias para los republicanos, declara en los próximos días su apoyo a Rubio. Así, como único apunte negativo de la noche para éste, quizá haya que hablar de la victoria de Cruz, no por el hecho en sí; sino porque al compartir una base electoral más ampia con éste que con Trump, para Rubio sería preferible una polarización con aquel.

Sin embargo, puede quedarse también con un otro dato que tan sólo le trae buenos augurios: Rubio es el candidato que, según los datos facilitados por The Atlantic, consiguió más votos en los condados que en 2012 apoyaron a Mitt Romney. Es decir, a quien fue finalmente el candidato presidencia.

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