También hay luces en el acuerdo de Grecia con sus acreedores: una ampliación de los plazos para pagar la deuda y un fondo que equivale al 20% de su PIB para impulsar la actividad económica. No habrá quita de deuda para Grecia. Este lunes ya desmentía a primera hora Angela Merkel, canciller alemana, en una comparecencia ante la prensa, que la quita de deuda no se produciría, y los primeros informes oficiales del Eurogrupo lo confirman. La noticia supone un duro golpe para Alexis Tsipras, que habría encontrado en la quita uno de los mayores éxitos de su carrera política. Pero, ¿de verdad ha capitulado Tsipras? El primer ministro heleno ve luces en el acuerdo.
Habrá una moratoria en el pago de la deuda. Además, para apoyar el crecimiento y la creación de empleo en Grecia, la Comisión Europea movilizará hasta 35.000 millones de euros (casi un 20% del PIB del país) de tres a cinco años, para financiar la inversión y la actividad económica, en particular a las pymes.
La parte del acuerdo más difícil de digerir para Grecia es un fondo de privatizaciones, que ascenderá a 50.000 millones y que supone una especie de aval a cambio del tercer rescate. Los acreedores habían exigido en un primer momento que la sede de dicho fondo, al que Atenas tendrá que traspasar los activos públicos, estuviera en Luxemburgo. Finalmente será en Atenas, pero supervisado por las instituciones europeas.
A cambio de ello, la canciller Angela Merkel ha asegurado que, si Grecia cumple, habrá una reestructuración de la deuda, que supondría una ampliación en los plazos de devolución.
Grecia evita la salida del euro y podrá negociar los pormenores de un rescate por tres años y unos 50.000 millones de euros, que podrían alcanzar los 86.000 millones.
De momento, para que esto suceda, Grecia debe presentar antes del miércoles un proyecto de ley sobre el IVA, otro sobre las pensiones, uno sobre la independencia del Instituto Nacional de Estadística griego y otro en materia de consolidación fiscal, que deberán ser aprobados por el Parlamento griego.
