El tiempo de la condena ha comenzado para Berlusconi. El revuelo es tal que el centro en el que prestará servicio ha pedido a los familiares de los internos que pospongan sus visitas. Silvio Berlusconi comienza a cumplir su pena. Este viernes ha sido su primer día de trabajos sociales en el geriátrico de Cesano Boscone. Dado el revuelo que ha levantado la llegada de ‘Il Cavaliere’, los responsables de la residencia han pedido a los familiares de sus ancianos que se abstengan de acudir de visita mientras esté de servicio el insigne condenado.
La prensa italiana destaca esta recomendación de la Fundación Sagrada Familia de Milán como una de las anécdotas del día en que Berluscoin ha comenzado a pagar sus cuentas pendientes con la Justicia. Las restricciones para el acceso a las instalaciones de la residencia han sido tan escrupulosas que, según medios locales, hoy sólo se ha permitido la entrada a los trabajadores que ya desde la puerta debían acreditar su condición al servicio de seguridad privada que el geriátrico se ha visto obligado a contratar.
El refuerzo de seguridad ha sido necesario, además de para garantizar el normal funcionamiento del centro pese a la incorporación de su ‘trabajador eventual’, para gestionar el volumen de público que este viernes se acercaba hasta las puertas del mismo para contemplar la insólita estampa de un Berlusconi que tan sólo ha saludado tímidamente con la mano a pocos metros de su vehículo. Entre los que recibían el saludo, el centenar de periodistas que han acudido al lugar de los hechos que representaban a medios tan dispares como la catarí Al-Jazeera, la japonesa Fuji y el estadounidense The New York Times.
Entre tal despliegue de medios, se ha colado un sindicalista que ha protagonizado la única protesta del día contra ‘il Cavaliere’ a las puertas de su nuevo puesto de trabajo. Vestido de cilindro a imitación de las barras de las rejas de prisión, el miembro de la Confederazione Unitaria di Base (CUB) conocido de las fuerzas del orden por otros altercados similares anteriores, ha recibido al que fue primer ministro italiano al grito de: “Nosotros los trabajadores italianos tenemos un sueño en el corazón: Berlusconi a San Vittore”, por la cárcel milanesa a la que podría haber ido a parar de haber recibido una condena más dura.
Berlusconi ha llegado puntual a su primer día de condena por delitos fiscales en el llamado caso Mediaset. Poco antes de las diez de la mañana bajaba de su coche frente al centro de ancianos y discapacitados en que ha permanecido por cuatro horas y cuarto. El presidente de la formación Forza Italia ha estado acompañado en todo momento por el director de la institución, Michele Restelli, que además tuvo la deferencia de salir a la puerta a recibir a su nuevo trabajador.
La sentencia condenatoria obliga al político y empresario a realizar trabajos sociales “al menos un día a la semana y no menos de cuatro horas”. Además, sólo tiene permitido salir de la región de Lombardía, donde tiene su residencia, para acudir a su domicilio de Roma de martes a jueves y siempre que regrese a Milán a las 23:00 horas del mismo jueves. Mientras se encuentre en Roma, no podrá salir de su domicilio desde las 23:00 horas hasta las 6:00 de la mañana.
Otro de los requisitos para no endurecer la pena y que se convierta en arresto domiciliario es no criticar a la Justica, si bien ‘il Cavaliere’ ha calificado en repetidas ocasiones la sentencia de “ridícula” así como a aquellos que se piensen que pueda reeducarle. Sólo su edad, que ya asciende a 77 años, le ha librado de la cárcel.







