Alemania vende parte de su infraestructura energética a oligarcas rusos en plena crisis ucraniana

Ucrania

Alemania vende parte de su infraestructura energética a oligarcas rusos en plena crisis ucraniana

Almacén de gas de Rehden

El magnate Mikhail Fridman compró en marzo una filial de RWE y Gazprom concluirá este verano la compra de Wingas. El pasado mes de marzo, cuando el enfrentamiento entre Ucrania (y por extensión Occidente) y Moscú comenzó a gestarse tras la expulsión del país del ahora expresidente Víktor Yanukóvich, en Hamburgo se hizo un negocio que ahora resulta controvertido: el gigante energético RWE vendió una de sus filiales -RWE Dea- a un oligarca ruso.

La información la saca el semanario alemán Der Spiegel, que por supuesto identifica al millonario: Mikhail Fridman. También la cantidad que estuvo encima de la mesa: 5.100 millones de euros. Y también un dato que hará atragantarse a más de un alemán: tras esta adquisición Fridman controla ya un 20% del gas natural germano y un 25% de su producción petrolífera.

Fridman, en cualquier caso, no es un llanero solitario. Este verano que llega verá cómo Alexey Miller, el presidente del gigante ruso Gazprom, termina de comprar Wingas; la compañía especializada en ‘trading’ que gestiona alrededor de una quinta parte de las operaciones de mercado realizadas en torno al sector gasista alemán. Esta compra garantizará a Gazprom el control de más de 2.000 kilómetros de gasoducto europeo.

Las adquisiciones son desconcertantes. Una de las mayores preocupaciones de los europeos desde el comienzo de esta crisis diplomática entre Occidente y Rusia tiene que ver con la dependencia energética. Sólo en Alemania, el 39% del gas consumido procede de Rusia. Y según un informe elaborado en marzo por el Commerzbank, más de un tercio del gas que se consume en todo el Viejo Continente depende directamente de Moscú.

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