Ettore Gotti Tedeschi, que fue eximido de toda responsabilidad penal la semana pasada, ha concedido una entrevista al semanario religioso Vida Nueva que será publicada íntegra este viernes. El expresidente del Banco Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi, escuchó la semana pasada cómo la Justicia italiana le eximía de cualquier responsabilidad penal por su gestión al frente de la entidad. Ahora ha decidido explicarse públicamente y el lugar elegido ha sido el semanario de información religiosa Vida Nueva, al que ha confesado en una entrevista que será publicada este viernes haber tenido miedo a sufrir “accidentes”.
“Hubo un momento de fortísima tensión, ligada a acontecimientos anteriores al cese”, explica Gotti a una pregunta sobre su guardaespaldas. Y añade: “Hablamos de febrero, marzo y abril de 2012. Decidí entonces escribir una breve síntesis para mi secretaria, que titulé “En caso de accidente”. Le dije que, si me sucedía algo, el documento debía mandarlo a tres personas. Si no ocurría nada, el documento y sus conclusiones no tenían sentido”.
La justicia italiana rehabilitó a finales de marzo a Gotti al archivar una investigación en su contra por supuesta violación de las normas anti-lavado de dinero. Fue el Tribunal Penal de Roma quien concedió la solicitud de los ministerios públicos Nello Rossi, Stefano Fava y Stefano Pesci para que quede sin efecto el proceso a Gotti, iniciado cuando él aún presidía el Consejo de Superintendencia del Instituto para las Obras de Religión (IOR).
La denuncia contra el presidente y otros directivos del IOR fue presentada tras las órdenes de transferencias en 2010 por un total de 23 millones de euros (una de 20 y la otra de tres), dinero que debía ser abonado a cuentas en los bancos JP Morgan Frankfurt y Banca del Fucino. La procuraduría de la capital italiana ordenó congelar los fondos al presumir un intento de lavado de dinero e inició un proceso contra Gotti Tedeschi, el director del Instituto, Paolo Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli.
Este y otros problemas internos en el Banco Vaticano llevaron en 2012 al Consejo de Superintendencia a destituir al presidente, cercano al Opus Dei y durante años máximo responsable del Banco Santander en Italia.
