Los disturbios entre la oposición ucraniana -de tinte nacionalista y europeísta- y las fuerzas del orden se han extendido hasta localidades próximas a la frontera con Rusia. En Ucrania la demografía tiene mucho que decir. Un mapa del país que señale las etnias imperantes arrojará inmediatamente la conclusión de que hay dos países dentro de uno; en la parte occidental manda la etnia de origen ucraniana y en la oriental, la de origen ruso. Sin embargo, en los últimos días las protestas que sacuden el país, de tinte europeísta y nacionalista, han alcanzado varias ciudades del este, generando disturbios en una zona que se considera afín al gran enemigo en la sombra: Rusia.
Así, durante el fin de semana los opositores se han hecho con el control de edificios gubernamentales en lugares como Sumi, Zaparozhe, Dnepropetrovsk, Odessa, Donetsk o Kirovograd, donde también se registraron diversos incidentes protagonizados por manifestantes y fuerzas del orden público. En Kiev, además del Ministerio de Justicia, la oposición tomó posesión el sábado de la Casa de Ucrania (en época de la URSS albergaba el Museo Lenin), donde instaló un centro de prensa y un punto de reparto de alimentos.
Precisamente, la ocupación del Ministerio de Justicia ha sido una de las más sonadas. Al parecer, son activistas de la organización Causa Común los que desde la noche del domingo ocupan la sede. Y se niegan abandonar el lugar, por lo que la titular de esta cartera, Elena Lukash, ha amenazado con solicitar la implantación del estado de emergencia. Los opositores al presidente Víctor Yanukóvich se han hecho fuertes dentro del edificio, levantando barricadas en el exterior con sacos de nieve y contenendores de basura.
«Si no desocupan la sede del Ministerio, solicitaré al Consejo de Defensa y Seguridad Nacional que imponga de inmediato el estado de excepción», afirmó Lukash en declaraciones al canal de televisión Inter. Los manisfestantes se niegan a abandonar el edificio pese a los llamamientos en ese sentido formulados por el líder del partido opositor ucraniano UDAR, Vitalí Klitschkó: «He tratado de hablar con ellos y persuadirles de que abandonen el edificio, pero se niegan. Continuaremos intentándolo».
El origen del ambiente que vive estos días Ucrania tuvo lugar el pasado mes de noviembre tras el rechazo del presidente Yanukóvich a firmar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea en favor de un estrechamiento de las relaciones económicas entre la exrepública soviética y Rusia. Y es que Moscú se opone abiertamente a que Ucrania tenga este tipo de acuerdo con Bruselas.
