Deutsche Bank se enfrenta a los test de estrés con los deberes sin hacer

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Deutsche Bank se enfrenta a los test de estrés con los deberes sin hacer

Sede del Deutsche Bank

Los analistas advierten de que Deutsche Bank es uno de los bancos peor posicionados de cara a los cambios regulatorios de los próximos años. El recién comenzado 2014 presenta dos verdaderos retos para la banca europea: los test de estrés que realizará el Banco Central Europeo (BCE) y la revisión de calidad de los activos (AQR) de la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Las entidades no se pueden permitir ni un resbalón en alguna de estas dos pruebas, y cada vez son más las miradas que apuntan a Deutsche Bank, tras las pérdidas millonarias que registró el gigante bancario alemán en el último trimestre de 2013.

El mayor banco de Alemania anunció el domingo pasado a última hora unos inesperados números rojos de 965 millones de euros. Los ingresos alcanzaron los 6.600 millones, lo que supone una caída del 16% frente al mismo periodo del año anterior, principalmente por la peor evolución de las divisiones de banca corporativa y de mercados (especialmente en renta fija y divisas).

Deutsche Bank explicó a los inversores que el año pasado gastó 2.500 millones en litigios e indemnizaciones, con el objetivo de dejar atrás la mayoría de los asuntos pendientes con las autoridades. Además, las provisiones acumuladas para hacer frente a los litigios todavía no solucionados ascienden a 2.300 millones. Aunque el banco reiteró su compromiso con los objetivos marcados en su plan estratégico, el equipo gestor reconoció que el presente año todavía será difícil.

De hecho, algunos analistas señalan que los malos resultados del banco y su impacto en unos ratios de solvencia y apalancamiento, que ya eran débiles, confirman que se ha convertido en uno de los bancos peores posicionados para los cambios regulatorios de los próximos años.

Los test de estrés del BCE se presentan especialmente delicados en lo que se refiere a las ratios de apalancamiento. Tal y como señala Morgan Stanley en un informe Deutsche Bank es uno de los bancos peor capitalizados de Europa en estos términos, por lo que el necesario proceso de desapalancamiento seguirá erosionando su cuota de mercado en 2014 por debajo del 8%, cuando en la primera mita de 2012 era del 10,4%.

Otros expertos señalan además que el sesgo de Deutsche Bank hacia banca de inversión lo hace aún más vulnerable, no ya sólo por la volatilidad de sus resultados, sino también por el debate existente en Europa sobre la separación de las actividades de banca minorista.

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