Las aerolíneas de jets privados sacan partido de la gripe A

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Las aerolíneas de jets privados sacan partido de la gripe A

Aún es pronto para evaluar los efectos que la gripe A tendrá sobre la economía, aunque algunos organismos ya han advertido de consecuencias poco alentadoras. Sin embargo, ciertos sectores ya sacan partido del brote epidémico, como las aerolíneas de jets privados.
La demanda de transporte privado ha impulsado el negocio del alquiler. Air Charter Service, una aerolínea charter inglesa que tiene un volumen de negocio de 140 millones de euros anuales, ha visto como sus ingresos aumentaban más de un 30% mes a mes desde el pasado mayo, según han asegurado fuentes de la compañía a EL BOLETÍN.
Sólo en agosto, esta compañía ha tenido que fletar 58 vuelos más que en el mismo mes del año pasado para hacer frente a la elevada demanda. La mayoría de los clientes son ejecutivos, que prefieren evitar las terminales del servicio regular por miedo al efecto que el contagio tenga sobre su salud y su actividad profesional.

La nueva gripe ha infectado ya a más de 254.000 personas desde abril y el número de víctimas mortales ya se eleva a 2.800 personas, según las cifras ofrecidas por la Organización mundial de la Salud.

Así, Los clientes incluso están dispuestos a pagar un precio más elevado. Las empresas de vuelos privados suelen cobrar alrededor de 2.300 euros por hora en una aeronave de tamaño medio, según Air Partner. Así, el precio de un vuelo de Londres a Nueva York, que tiene una duración de siete horas y media sería de casi 17.000 libras. Un billete de primera clase de British Airways para la misma ruta cuesta 4.612 euros, según figura en la página web de la compañía británica.

El éxito de este tipo de compañías, que tienen un volumen de negocio anual aproximado de 22.500 millones de euros en todo el mundo, contrasta con el de las tradicionales, donde el 50% de los ingresos para vuelos de largo recorrido son de clientes de clase business, según Morgan Stanley. La crisis económica ha impactado de forma muy severa contra grandes grupos como British Airways, que han visto como su negocio de clase business se ha ido deteriorando con la progresiva caída de la demanda, pero las cifras comienzan a ofrecer datos positivos.

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