La impunidad tiene los días contados en la City londinense. Al menos, esa es la intención del ministro de Negocios británico, Vince Cable. El político liberal ha puesto sobre la mesa una reforma legal con la que amenaza de inhabilitar a banqueros y empresarios que se hayan visto implicados en casos de quiebra fruto de una dudosa gestión de riesgos.
El ministro Cable ha avanzado esta medida al diario local The Sunday Telegraph, si bien los detalles no llegarán hasta este lunes, cuando los desvelará en una conferencia que tiene prevista impartir en el mismo corazón financiero de la capital británica: la Bolsa de Londres. Según defiende, esta iniciativa busca acabar con la impunidad de que gozaban hasta ahora muchos altos cargos del sector, como atestigua el hecho de que ningún banquero británico haya tenido que asumir responsabilidades por las quiebras que se sucedieron en la City de 2008 en adelante.
Los organismos reguladores británicos se han revelado incapaces de imponer sanción alguna a ejecutivos y banqueros implicados en casos de quiebra de grandes entidades británicas como el RBS y el HBOS. Ante esta situación, el mandatario pretende «no penalizar a buenos empresarios que toman riesgos, sino a aquellos negocios que fracasan» por no haber actuado con la previsión necesaria. En esta línea de discurso, la nueva normativa también exigirá una mayor transparencia en ventas de activos y en composición de capitales de las compañías radicadas en Reino Unido.
A todas estas propuestas podrían sumarse otras iniciativas de parte de la Autoridad de Conducta Financiera, que ya lleva tiempo trabajando en medidas similares. Destaca que el organismo público pueda corregir los deberes contemplados en los estatutos de sectores clave como los bancos y que pueda prohibir que una persona inhabilitada en otro país pueda desempeñar responsabilidades corporativas en territorio británico.
El ministro Cable tiene previsto, además, solicitar que la Comisión Parlamentaria sobre Estándares del Sector Bancario amplíe de dos a cinco años la inhabilitación máxima para banqueros y ejecutivos negligentes. No obstante, el ambicioso paquete de medidas no tendría carácter retroactivo en ningún caso y los responsables de las quiebras que trajo consigo el estallido de la crisis en 2008 seguirían impunes, según lo adelantado al rotativo británico.
