Alemania busca en Cameron un referente para fortalecer su regulador bancario

Internacional

Alemania busca en Cameron un referente para fortalecer su regulador bancario

Con una investigación en marcha por posible manipulación de tipos de interés y varios pleitos a su espalda por supuesto fraude y estafa, el Deutsche Bank se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para Berlín. Y los números no ayudan: en el último trimestre del año pasado, la entidad reportó pérdidas netas de 2.200 millones de euros. Por este motivo el Gobierno alemán parece dispuesto a tomar ejemplo del Reino Unido, que ha decidido otorgar más poder al regulador bancario de la City para gestionar mejor los excesos de la banca.

El pasado fin de semana, el gobierno que preside el conservador David Cameron anunció finalmente que las autoridades británicas forzarán la separación de los grandes bancos si éstos se resisten a dividir adecuadamente sus actividades de inversión y de banca comercial. La advertencia, que llevaba revoloteando en el aire desde hace más de un año, busca eliminar del diccionario financiero, con el paso del tiempo, el término acuñado durante la crisis para definir a los bancos a los que no se les puede dejar quebrar: «To Big Too Fail».

Londres está un poco harta de sus bancos. De los cuatro grandes –HSBC, Lloyds, Barclays y RBS- dos han tenido que recibir ayudas públicas (RBS y Lloyds) y los otros dos se han visto afectados por escándalos de índole diferente; Barclays por el de la manipulación del tipo de interés interbancario conocido como Líbor y HSBC por el de facilitar el blanqueo de dinero de narcotraficantes mexicanos.

Así las cosas, el Gobierno alemán discutirá este miércoles en la reunión del Consejo de Ministros una nueva regulación para las entidades financieras que prevé condenas de prisión de hasta cinco años para aquellos banqueros que no cumplan la normativa en materia de operaciones financieras arriesgadas y supongan una amenaza para el banco y el sistema.

La nueva legislación, diseñada por el ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, recoge que los bancos seguirán siendo rescatados sin dinero público y los clientes estarán protegidos contra los riesgos que supongan comportamientos especulativos propios de la entidad. En concreto, la propuesta del Gobierno obligará a los bancos a desarrollar planes de recuperación y de resolución que se aplicarán en caso de que atraviesen dificultades que pongan en peligro todo el sistema financiero.

El objetivo de esta medida es estar mejor preparados para posibles emergencias y evitar que tenga consecuencias para los contribuyentes. Asimismo, establecerá que los bancos deben externalizar sus negocios especulativos en una filial independiente en términos organizativos, legales y económicos en caso de que estas actividades supongan el 20% de sus activos o el volumen de las transacciones supere los 100.000 millones de euros.

El diario Handlesblatt explica que la nueva legislación se basará en una variedad de normas nacionales e internacionales de los mercados financieros que se introdujeron después de la crisis de 2008 y supone el cumplimiento de la promesa del G-20 de que no haya mercado, actor o producto sin supervisión ni control.

La canciller ya aceptó –a regañadientes, eso sí- hace unos meses que Bruselas tuviese autoridad suficiente como para vigilar, a partir del año que viene, a sus grandes bancos, entre los que evidentemente se incluye el Deutsche Bank. Algunas voces del mercado señalan, no obstante, lo curioso del asunto: Berlín quiere colaborar estrechamente con Londres, a pesar de que Downing Street haya anunciado recientemente la convocatoria de un referéndum para fomentar la salida de la Unión Europea.

Más información