La limitación de los bonus abre una guerra entre la banca internacional

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La limitación de los bonus abre una guerra entre la banca internacional

La medida aprobada la semana pasada por el regulador bancario británico para poner límite a las retribuciones extraordinarias ofrecidas a los banqueros, que podría ser imitada por otros supervisores mundiales, ha desatado los enfrentamientos entre entidades por las agresivas ofertas de empleo realizadas, y que podrían vulnerar esta normativa. El banco estadounidense JP Morgan ha sido el encargado de abrir la polémica.

Según publicaba hoy el Financial Times, JP Morgan ha realizado una petición a la Financial Services Authority (FSA), el supervisor bancario británico, para que revise las ofertas de sueldos multimillonarios que Barclays Capital, unidad de banca de inversión de Barclays, ofrece a algunos altos directivos de JP Morgan para que se cambien de orilla.

Barclays Capital habría ofrecido a Todd Edgar, broker especializado en el sector de las materias primas, y a cuatro miembros de su equipo, un sueldo de hasta 30 millones de libras entre efectivo y acciones con tal de que abandonasen la entidad estadounidense para desembarcar en ella. Esta oferta se produce apenas un año después del colapso del sistema financiero británico. JP Morgan se ha puesto en contacto con la FSA aduciendo que la suculenta oferta es un acto excesivamente arriesgado y además distorsionaría el mercado de la City.

Sin embargo, la banca de inversión centrada en el mercado de las materias primas está protagonizando un ‘mercado de fichajes’ igual de agresivo que el del fútbol. Según cálculos de Bloomberg, el rally protagonizado por commodities como el cobre ha llevado a las firmas de Wall Street a contratar a nuevos brokers con promesas de bonus de hasta un millón de euros.

No obstante, los astronómicos sueldos prometidos chocan con las limitaciones que los supervisores quieren ponerles. La oferta de Barclays Capital se produce apenas unos días después de que la FSA diese un paso adelante para poner coto a los bonus cobrados por los banqueros en las Islas. Entre los principios que se establecen en la nueva normativa, se incluye la disposición de que dos terceras partes de las remuneraciones extraordinarias deban aplazarse a la espera de la marcha del banco. También se trata de evitar la práctica de garantizar estos bonus durante más de un año a los altos ejecutivos.

Aunque las medidas no son obligatorias, sino simplemente las prácticas recomendadas, ya han despertado reacciones en contra. Así, la Asociación de Banqueros Británicos (BBA por sus siglas en inglés) considera que esta intención de regular las primas que reciben los altos ejecutivos del sector bancario podría poner en entredicho la reputación de Londres como uno de los centros financieros más importantes del mundo, lo que a su vez dañaría a la economía británica.

Para la BBA, toda iniciativa legislativa encaminada a poner coto a estas remuneraciones extraordinarias «debería ser aprobada a escala internacional, ya que si no corre el riesgo de que la inversión se traslade de un centro financiero a otro».

Esta petición de la BBA se corresponde con las intenciones de la FSA, que se ha apresurado a pedir a los supervisores de todo el mundo que aprueben medidas similares. No obstante, no se espera que la Unión Europea pueda aprobar sus reglas antes de finales de 2010.

Por el momento, Alemania ya ha dado algún paso al respecto. BaFin, el regulador bancario alemán, ha incluido por primera vez en su normativa la posibilidad de recuperar los bonus pagados a los banqueros si la entidad entra en problemas a medio plazo. Para ello, ha incorporado unas provisiones específicas, encaminadas a evitar que sean premiados objetivos de rentabilidad a corto plazo.

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