Las aseguradoras y los fondos de pensiones empiezan a tener problemas en Europa como el rally de las deudas de los países triple A, según una información de la agencia Dow Jones. Al parecer, el aluvión de dinero captado por los bonos holandeses, alemanes, austriacos y finlandeses ha generado rentabilidades negativas que lastran las carteras de inversión de los inversores institucionales.
Uno de los ejemplos más claros de esta espiral endiablada sería la deuda alemana a largo plazo. La rentabilidad del bonos teutón a treinta años, por ejemplo, se mueve ahora en tono al 2%, menos de la mitad que los 4,5% de promedio que registraba hace cinco años.
La mayor parte de las gestoras se ven obligadas a adquirir esta deuda para cumplir con las normas de los reguladores. Un proceso que deprecia las carteras, complica el cumplimiento a futuro de los compromisos adquiridos por los partícipes y pone en riesgo a la industria.
Las autoridades supervisoras de Dinamarca, Suecia y Holanda han flexibilizado las normas últimamente para permitir a sus fondos de pensiones gestionar un mix de ‘activos seguros’ más favorables, pero, según los expertos citados por la agencia estadounidense si la crisis del euro no se despeja el problema puede volverse irresoluble.