Las diferencias sobre el dividendo que otorgará a sus accionistas la compañía francesa de telecomunicaciones France Télécom ha provocado el primer enfrentamiento entre el presidente François Holande, que es socialista, y los sindicatos del operador, que controlan el 3% del capital de la empresa.
Los sindicatos habían presentado una petición para reducir un tercio del dividendo, para que pasara de los 3.800 millones de euros previstos a 2.700 millones, con el fin de no descapitalizar la empresa.
Pero el gobierno galo necesita liquidez. Por ese motivo va a mantener el reparto de beneficios inicialmente anunciado. Según algunos sindicatos, es el primer fallo político del nuevo gobierno, que continúa tratando a France Télécom como una vaca lechera.
Los represententes sindicales creen que con el dividendo que pretendían recortar, podían haberse tomado medidas financieras con el fin de afrontar las dificultades que podrían aparecer así como para preservar los puestos de empleo a medio plazo.
