Las últimas encuestas apuntan a que la coalición de izquierda radical Syriza lograría ser la primera fuerza más votada del Parlamento griego en las elecciones del próximo 17 de junio. Si consigue formar Gobierno, es probable que el país mediterráneo abandone la moneda única. Los mercados llevan temblando toda la semana ante esta posibilidad. No es para menos; los bancos alemanes y franceses se la juegan.
Ya no es sólo que una de las principales entidades helenas, Emporiki Bank, sea filial del francés Crédit Agricole (el mayor grupo de banca minorista de Francia, el segundo más grande Europa y el octavo a escala mundial). Es que, en general, las principales instituciones financieras de Alemania y de Francia mantienen miles de millones de euros en Grecia, a través de deuda soberana del país y de productos derivados relacionados con esta misma deuda.
Aunque desde estas entidades y desde los bancos centrales de ambos países -Christian Noyer, gobernador del Banco de Francia, ha sido el último- se ha asegurado que el sector financiero ha reducido drásticamente su exposición a Grecia en estos meses, la reacción de los mercados contradice esta llamada a la calma. Este jueves las principales bolsas del Viejo Continente han registrado, de nuevo, fuertes caídas (con el Ibex 35 y la Bolsa de Milán experimentando bajadas de hasta el 2% al mediodía) y las primas de riesgo de los países periféricos coquetean constantemente con los 500 puntos básicos de diferencial sobre el bund alemán.
De hecho, entre los valores más castigados del índice Eurostoxx 50 destacan los bancos. Este jueves, manteniendo la tendencia de la semana, al final de la lista aparecía ING (-4,88%); Unicredit (-6,14%); Société Générale (-3,24%); BBVA (-2,43%); Santander (-2,35%); BNP Paribas (-3,35%); Deutsche Bank (-2,36%) e Intesa San Paolo (-1,56%).
¿Qué pasa si el nuevo Gobierno de Syriza? Con el 20,3% de los votos que le otorgan las últimas encuestas esta parece ser una posibilidad muy real. Dentro de las propuestas de este partido, que lidera Alexis Tsipras, se encuentra invertir la prioridad del pago a los acreedores del país sobre las necesidades de las personas y mostrar un «rechazo absoluto» al nuevo pacto para el Euro; es decir a la austeridad que trata de impulsar Angela Merkel.
También, y en línea con el socialista François Hollande, incrementar los impuestos a las rentas más altas: hasta un 75% para los que ganen más de 500.000 euros al año. Tsipras ha señalado la necesidad de aprobar un impuesto sobre las transacciones financieras y ha salido en defensa de convocar referéndums para que la ciudadanía se pronuncie directamente sobre las cuestiones más importantes del país.
Syriza también aspira a suprimir las obras públicas desmesuradas y los eventos «faraónicos» como los Juegos Olímpicos; reducir el gasto militar, cerrar todas las bases extranjeras en Grecia y salir de la OTAN; abolir los privilegios parlamentarios. En relación al gasto militar, de nuevo la atención se centra en Francia y Alemania, que son los principales proveedores de armas del país mediterráneo. Un presupuesto, el de Defensa, que no se ha visto alterado por la crisis financiera.
