Merkel permite que Ackermann se salte la normativa alemana

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Merkel permite que Ackermann se salte la normativa alemana

Para muchos expertos vinculados al sector bancario alemán, Josef Ackermann, el actual consejero delegado de Deutsche Bank, ostenta más poder e influencia incluso que la canciller del país, Angela Merkel. Esta opinión parece haber encontrado un motivo más para posicionarse como un dato contrastado tras conocerse las intenciones del banquero de ocupar la presidencia del Consejo de Supervisión dentro del mismo grupo, algo que va en contra de la normativa alemana.

Según informa Bloomberg, que cita a varios académicos alemanes, ningún consejero delegado de una empresa alemana puede aspirar a ocupar la presidencia del Consejo de Supervisión de ese mismo grupo sin haber concedido previamente dos años de gracia entre uno y otro cargo. Y hasta el momento, ningún directivo del DAX (el principal índice bursátil germano) lo ha hecho.

Pero Ackermann, que lleva nueve años al frente de la entidad, pretende ser una excepción y dar el salto el año que viene (cuando cumpla una década al frente de la entidad más grande por activos de Alemania). Según ha informado Deutsche Bank, el abandono se producirá al finalizar la junta general de accionistas de 2012, y en su lugar se posicionarán dos copresidentes.

Este hecho ha levantado duras críticas en el país centroeuropeo. La portavoz de asuntos económicos del partido de los Verdes, Kerstin Andreae, ha declarado que este movimiento «trae consigo el riesgo de conflictos de intereses, subvierte la función de control del consejo de supervisión y contrasta las reglas de la conducción de empresas».

Para Klaus Fleischer, profesor de banca y finanzas en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Munich, «Ackermann corre el riesgo de mantenerse muy involucrado en las actividades del banco [si entra a presidir el Consejo de Supervisión], incapaz por tanto de tutelar y aconsejar a sus sucesores sobre el camino a seguir, que es justo para lo que estaba pensado el paréntesis de los dos años». Fleischer ha confirmado a la agencia estadounidense que el movimiento que tiene previsto el banquero «es una violación severa de las normas de gobierno corporativo en Alemania».

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