Humala ya es presidente de Perú. El nacionalista asume el Gobierno en un país dividido por la política y las grandes diferencias sociales que todavía persisten a pesar del impulso que ha tenido la economía peruana en los últimos años. En repetidas ocasiones indicó que mantendrá el sistema económico de su antecesor en el poder, Alan García, pero garantizando la inclusión social, en concreto de los más pobres.
Ollanta Humala será presidente de Perú hasta el año 2016. A la ceremonia, realizada en el Congreso, asistieron cientos de invitados, entre los que figuran presidentes extranjeros y políticos locales. El nacionalista juramentó por la patria, la soberanía constitucional, las instituciones democráticas y los principios de la Constitución de 1979, la cual no está vigente desde 1993, año en que se instauró una nueva en el gobierno de Alberto Fujimori. Hecho que provocó que los parlamentarios fujimoristas alzaran su voz de protesta ante el juramento por una Constitución distinta a la actual.
El saliente presidente Alan García no asistió a la ceremonia debido al temor a ser abucheado por parte de los congresistas opositores. Tal y como ocurrió en 1990 cuando entregó el poder a Alberto Fujimori tras culminar su primer mandato. Después de la ceremonia de juramentación, el líder de Gana Perú ofreció un discurso en el que ha prometido que su compromiso será el de mantener el esquema económico de su antecesor, Alan García, y el de luchar por la inclusión social de todos los seres humanos, especialmente los más pobres.
Democracia
El presidente de Perú aseguró que «la democracia será plena cuando la igualdad sea patrimonio de todos y la exclusión desaparezca aún de los lugares más remotos de nuestro país». Y agregó: «Que la expresión «Exclusión social» se borre. Asumiré este reto con mi vida». Mientras, los diputados fujimoristas intentaron opacar su discurso con gritos. Inmediatamente llegaron las réplicas de los ahora oficialistas: «Ollanta Presidente, Ollanta Presidente». La pregunta central se perfila entonces en cómo Humala logrará equilibrar en su política las esperanzas de cambio de una población que ansía acceder a ese crecimiento que los números macroeconómicos señalan y el miedo al cambio que existe entre los sectores empresariales y buena parte de la población de la capital Lima. Recordemos que durante la campaña electoral, el líder de Gana Perú no contaba con el favor del empresariado debido a sus antiguos coqueteos con políticas chavistas. Hecho que provocó la caída de la plaza limeña en repetidas ocasiones.
